Si te crees que eres uno
solo,
si quieres saber quien
eres,
entra en tu interior y
búscate,
ya que el camino te es
conocido,
¡eres tú buscándote a ti
mismo!.
Pero sin saber ni cómo ni
donde
descubres entre tus propias
brozas
una extraña segunda puerta,
la observas inquieto y
piensas,
si la abro, estoy perdido.
Y la curiosidad que mató al
gato
acerca tu ojo a la cerradura
allí estás tú, el gran Dios,
eres el centro del universo
y observas con detenimiento
tu ego más profundo.
Y reconoces todos tus males,
te tienta darles salida
o algo aun más terrible,
entrar dentro de ellos
tentación dulce y extraña.
¡Oh qué desgracia del que
busca
y encuentra la puerta
oscura!
allí donde nuestro yo más siniestro
gobierna despótico y con tiranía.
Si accedo me muero dentro,
si sale, se verá mi yo
auténtico.
Mejor salir de mi mismo,
y si me he visto no me
acuerdo…