domingo, 20 de agosto de 2017

BARCELONA LLORA



Barcelona vuela alto,
enigmática ciudad
que abraza al visitante
arropado por grial de piedra
misteriosa catedral.

Es la pasión de vivir la vida,
una tarde tranquila con brisa de mar,
una tarde de verano, miradas y risas,
flores, recuerdos, pasiones al vuelo,
gran ciudad que a todos recibe.

Barcelona templo de la libertad,
bajo la sombra de tus grandes árboles,
en el sendero de tus grandes paseos,
en el laberinto de tu pasión,
en el altar de tus almas inocentes.

Han ultrajado y mancillado tu esencia,
hijos de un gran Satán,
frustración, odio y miseria embiste
a almas que vuelan al viento
hacia la libertad de su cielo abierto,

de Barcelona, mi ciudad.

lunes, 14 de agosto de 2017

AVE FENIX


Veo las puertas cerradas víctimas de un sueño,
pesadilla truncada en una vana esperanza,
tanto esfuerzo, remando y remando sin parar,
buscando el horizonte, poniendo el corazón.

Tú me lo has dicho esta mañana,
han sido cantos de sirena,
el mar no era propicio para navegar,
no se puede luchar contra la corriente.

El viento sopla por todas partes,
es un huracán de sentimientos,
las velas no se han desplegado,
y es que nunca hubo ningún barco.

Por eso amigo mío levántate,
recoge tu corazón roto y álzate,
vuela alto, planea suave y aterriza
Ave Fenix

tenemos que volver a empezar…

                                  A mi amigo Jose Luis García Herrera

lunes, 7 de agosto de 2017

LA MALA MUERTE



Buscamos él porqué de las cosas en un mundo lleno de sinsentidos y plagados de misterios, esta historia que os paso a contar es real como la muerte misma.

El guardia civil encargado de la investigación se encontraba a los pies de la cama, miró con detenimiento todos los tubos que entraban y salían del joven que se encontraba postrado en la cama, cerca de él una máquina señalaba sus débiles constantes vitales, la cabeza estaba totalmente vendada, sufría un fuerte traumatismo craneoencefálico, su situación era de coma profundo.

Todo eran preguntas y no había ninguna respuesta, se sentó en la silla de la habitación, abrió su block de notas y poco a poco las leyó cuidadosamente:

¿Por qué iba por aquel camino una calurosa tarde de verano?

¿Quién había encendido un fuego si el joven no podía moverse?

¿Quién había llamado a emergencias al amanecer si el móvil se encontraba fuera de su alcance?

¿Por qué había escrito aquellos extraños apuntes donde señalaba la ubicación exacta de la pequeña fosa con un capitán asesinado de la guerra civil?

¿Cómo había escrito su nombre y apellidos en una letra tétrica, casi ilegible del cadáver encontrado?

Nada tenía sentido en este caso, nada excepto la realidad, aunque a veces nos cueste aceptarla nada es lo que parece y muchas veces desdeñamos lo obvio por imposible, cuando lo imposible muchas veces es el único camino hacia la verdad, nos guste o no.

En mi caso tal vez nunca se pueda saber lo ocurrido, en el camino hacia mi muerte rescate del limbo del olvido a un buen hombre, el ya ha marchado yo he de esperar un tiempo por mi osadía, del limbo solo se sale cuando los dioses lo estiman oportuno.

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Caí trescientos metros rodando por la ladera paralela al sendero entre matojos, matas y arbustos, debí entrar por el hueco de una puerta inexistente y me golpeé en la cabeza con una pared de ruda piedra quedando sin sentido.

El muro acaba  triangular, toda la pared era de un color blanco lleno de desconchones, la parte superior era anaranjada, al principio no entendía nada, pero pronto me dí cuenta que era debido a los últimos rayos del día, el cielo de un azul oscuro dejaba atisbar algunas de las estrellas que me acompañarían toda la noche, cerré los ojos, un dolor de cabeza me invadía por la parte de atrás de la cabeza, me pasé las manos y las note húmedas, al ponerlas frente a mis ojos tenían sangre, volví a cerrar los ojos y apoyé los brazos al suelo, ¿dónde estaba?, debía estar sentado en alguna parte del bosque, pero no recordaba nada…

Percibí la luz de un pequeño fuego, me seguía doliendo la cabeza horrores, abrí los ojos y solo ví sombras espectrales sobre paredes derruidas de lo que parecía el interior de una casa comida por el bosque, al fondo en las sombras me pareció ver una figura humana,  se me cerraron de nuevo los ojos y noté como alguien me daba agua que bebí con angustia, mi garganta era un desierto, su sequedad hasta ese momento me quemaba por dentro.

Abrí los ojos y allí estaba, frente a mí unos ojos negros como la noche misma me miraban fíjamente, nariz respingona, bigote francés y unos labios finos componían una cara pálida como el mármol, el resto del cuerpo debido a la oscuridad y al juego de luces que producía el fuego hacía que no pudiese distinguirlo bien, parecía un militar, uniforme oscuro, botonera de metal y poco mas podía distinguir…

-¿Dónde estoy? – le pregunté en voz casi imperceptible, era como si apenas tuviera oxígeno en los pulmones.

-En la casa del peón caminero de la carretera de la sierra de los Alcornocales – dijo con un extraño tono de voz, sin apenas gesticular lo más mínimo.

Intenté moverme algo pero salvo el cuello y los brazos el resto del cuerpo no me respondía, eso me dio miedo, le volví a mirar y esos ojos continuaban fijos en mí como la luz láser de un francotirador.

-¿Qué me ha pasado?

-Has debido perder el equilibrio en el “Sendero de Despeñacabras” que pasa por la ladera trasera a la casa y has caído rodando hasta aquí, ese sendero es muy traicionero, suerte has tenido de caer por esta zona, mas adelante estarías muerto – esa última parte de la frase hizo que un escalofrío me recorriera la columna, no sé bien porqué…

-¿Quién eres?.

-Capitán Antonio San Juan del cuerpo de carabineros de las dependencias de Cádiz

-¿Carabineros?

-Venimos a averiguar qué ha pasado en Castellar de la Frontera, recibimos una solicitud de refuerzos de las autoridades municipales, unidades del ejército rebelde se estaban posicionando al sur del pueblo, somos la unidad más cercana en la zona, el regimiento en Algeciras ya no está operativo…

La cabeza no paraba de darme vueltas, ¿qué coño eran los carabineros?, ¿de qué ejército rebelde me estaba hablando?, me palpé la chaqueta y no detecté el móvil por ningún lado, miré a mi izquierda y vi su reflejo metálico cerca del resquicio de la puerta, cerca del exterior oscuro, estaba tan confuso…

-Perdona, ¿me puedes alcanzar mi móvil? – dije señalando hacia donde se encontraba.

Ignoró mi petición, su mirada continuaba fija en mi, sin ningún atisbo de sentimiento, sin tan siquiera un parpadeo

-Al llegar aquí vimos el cuerpo del peón caminero muerto en la entrada delantera de la casa, evidentemente había sido fusilado, entramos en la casa y allí yacía otro peón con las tripas salidas solicitando ayuda, estudiaba medicina cuando podía así que ordené que se quedase el enfermero conmigo y mandé al sargento con el resto de hombres hacia Aguilar, con órdenes expresas de no intervenir, solo de otear el terreno.

-Perdona, estoy algo mareado, no me puedo mover apenas,  no entiendo bien lo que me quieres decir.

Como si no hubiese dicho nada continuó hablando monótonamente.

-Metimos los intestinos con cuidado y comencé a coser cuidadosamente la tripa del hombre, el enfermero había ido al arroyo a buscar agua, para poder limpiar bien la herida. Tardaba demasiado así que como pude acomode al herido y me lave las manos con un poco de agua que había en la palangana – hubo un prolongado silencio, se me hizo eterno, no sabía que decir, estaba confuso, dolorido -  yo solo quería acabar con toda esta mierda, mi mujer acababa de dar a luz a una niña y había partido a nuestra Galicia natal con sus padres yo tenía que haberme licenciado a finales del verano, estaba harto de tanto odio y muertes, de muchas veces mirar hacia otro lado a sabiendas que no estabas haciendo lo debido, pero órdenes eran ordenes y entonces el maldito levantamiento en África y todo se fue al traste… - hizo una breve pausa.

- Mi vocación la medicina, militar para poder vivir… -dijo solemnemente

Opté por callarme, no me escuchaba y tampoco sabía bien que decirle.

-Encendí un cigarrillo y salí al exterior, era una noche estrellada como hoy, di dos pasos en la oscuridad y entonces sentí el frío metal en mi cabeza, no me dio opciones de decir nada y aquí estoy sentado contigo, los peones camineros marcharon enseguida, yo llevo aquí desde entonces, esperándote…

El pánico se apoderó de mi, ¿me estaba diciendo que era un muerto?, ¿de la guerra civil? y ¿yo qué pintaba en toda esta historia?, me quise incorporar pero no pude, entonces sin saber porqué comencé a llorar.

-Debes hacerme un favor, quiero descansar en paz y no puedo, estoy enterrado de mala manera en la parte trasera del muro donde te apoyas, tienes sobre tus piernas un cuaderno anota lo que digo y escribe mi nombre, no se puede morir de una manera mas vil y triste, necesito descansar, necesito que se me haga justicia…

Escribí con un pulso débil lo que me había dicho Antonio y una vez finalizado solté el bolígrafo y cerré los ojos… acababa de realizar una buena acción, acababa de firmar sentencia en mi último camino…


EL POPULISMO