domingo, 26 de julio de 2020

DIES IRAE


Dormitaba en una gran habitación, a mi espalda otra persona compartía mi cama, su brazo se apoyaba sobre mi pierna, en su muñeca un gran reloj negro digital destacaba sobre nuestras pieles blancas.

Hablaba yo con varias personas que estaban frente a mí, tres de pie y uno más en una cama paralela a la mía, la conversación era animada y sonaba de fondo el “Dies irae”, uno de ellos comentó:

-Esa canción es de Juan Carlos Calderón- dijo mientras daba una calada a un cigarrillo, su barba desaliñada me recordaba a Jaime Altozano, aunque no estaba seguro pues había muchas sombras

-Es el “Dies Irae”, la melodía de la muerte, “Día de la ira, aquel día en que el mundo se deshará en cenizas”-  un denso humo de su boca ocultó su cara y el sentido de sus palabras.

-Sí, es del lp “Juan Carlos Calderón y su taller de música”- contestó el otro vestido con estrambóticos pantalones mientras balanceaba las caderas.

Entonces me reincorporé levemente y le contesté:

-Ya, pero Juan Carlos está muerto – de repente todos se quedaron quietos, extrañados y a la vez sorprendidos.

-Sí, estoy muerto, pero ya nada importa, no se lo toméis a mal- dijo la persona que estaba a mi espalda.

No me atrevía a mirarle, no dijo nada más, notaba su pausada respiración, Juan Carlos yacía a mi vera, fuera de mi ángulo de visión, cómodamente vivo y a la vez tranquilamente muerto, mi piel carne de gallina al oírle susurrar:

 

Nueve fotos sobre fondo negro,

azul te envuelve las campanas,

apoyado sobre extraño instrumento,

evocando a la puerta del otro mundo,

zona de penumbra 

rodeado de plantas muertas,

para finalmente firmar mi sentencia…

aamen, aamen, aamen, aamen, aamen, aamen



sábado, 11 de julio de 2020

EL TENDEDERO


                                                                     Jeffri Larsson - Yellow and Blue

El tendedero está vacío, la ropa que antes colgaba en él y flotaba al viento ya no existe, sus cuerdas verdes han perdido su color y están deshilachadas, al tacto son rígidas, duras, cortantes, han perdido en buena parte su flexibilidad y tiene el aspecto de romperse en cualquier momento por cualquier parte. Y una pinza de madera podrida en uno de los extremos con su muelle oxidado, reflejo del descuido de las suaves manos de una mujer que olvidó recogerlo y lo sentenció a la agonía de morir bajo los rayos del astro sol.

 

Y esos palos hincados al suelo, torcidos por las inclemencias del tiempo, cruces sin Cristo, tan solo de tus cortos extremos cabos marinos suspensos al cielo para soportar las prendas, para izarlas al viento, como banderas de uno, como el pabellón de un barco que avisa a otros de quien y de donde son.

 

Ya nadie te tiende, ni te cuida, nadie cambia las cuerdas, Eolo el señor de los vientos ya no canta melodías cuando pasa por tu lado pues se han roto varias de ellas, la cuerda tres de un SOL de justicia y la cuerda seis que tanto preocupa pues ya no se oyen graves en tu cantar, son señales de un fin que está próximo, es el ocaso de las cosas, el acabose de la función.

 

Y es que el tendedero fue un fiel acompañante de María hasta su adiós, aguantó todo lo que le echó encima, sus solitarios pensamientos, la oyó cantar, hablar, sintió sus dulces manos que le acariciaban y limpiaban, le cambiaba los cordones, enderezaba sus piernas. Sábanas, mantas, camisas calzoncillos, bragas y trapos le protegían, le daban sentido a su existencia. Prendas mojadas, olor a limpio intenso y luego el agua huía liviano quedaba el peso y cometas relucientes bajo el azul del cielo.

 

Pero todo eso acabó un buen día María cayó fulminada mientras tendía, banderas negras al viento, de ahí el lamento y la tortura pues su desaparición, un castigo, años de abandono y aquí estoy todavía listo, para que cuelgues por siempre jamas María tu ropa, pues te has ido y yo inexplicablemente sigo existiendo.


lunes, 6 de julio de 2020

ARRIVEDERCI ENNIO MORRICONE



Burbuja loca que recorre mi cerebro,

es tu música, ¡oh Ennio!,

sonido allá a lo lejos, todo sentimiento,

es locura por tu genio, por tus partituras,

por tu cordura en tus sobrios sonidos

por tu hermosura en las notas,

banda sonora de mis recuerdos

por superar la imagen, por ver con tus oídos,

por hacerme temer, sufrir, amar,

con ello navego en el tiempo,

a lomo de tus obras,

hoy desmonto triste de tu corcel,

nos vemos al otro lado…

 

Silencio, hoy reina el más absoluto silencio.


viernes, 3 de julio de 2020

TRECE MIL

                                           @atypic-art

Cincuenta y dos mil extremidades al viento,

ululantes y vivas,

formando parte de un todo

alegres ramas de hojas fuertes

molinos de trigo de aspas de tela

que sutilmente mueven mis versos.

 

Veintiseis mil ojos curiosos,

que todo lo leen

que todo lo miran

que todo lo intuyen

que todo lo observan

que absorben mis letras.

 

Trece mil leyentes

que se han acercado

y acariciado lo escrito

con sus pensamientos

con sus fantasías

con sus deducciones.

 

Escribo imágenes en la mente

personas, paisajes y cosas

letras, frases, puntos y comas

dejar impronta de un sentimiento

nos vemos en mis escritos

gracias por haberme leído.

EL POPULISMO