jueves, 30 de junio de 2016

LAS LOCAS ELECCIONES DEL BOSQUE DE NUNCA JAMAS – 26 JAMONES


Estaba muy enfadado, ciertamente se sentía mal, fatal, hecho trizas, como si una máquina de triturar carne le hubiese picado la ilusión, la moral y la hubiera esparcido por un inmenso estercolero, ¿Cómo había sido posible la derrota?, en qué mundo vivimos, ¿Cómo es posible que mi mundo visionario y mi forma de pensar no hayan ganado?.

Bajó las escaleras y en el árbol de enfrente de su morada estaba Grun, el gordo y repelente Grun, con una sonrisa de oreja a oreja, sentado en el suelo, comiendo un rico panal de miel, cogió un trozo y se lo tiró hacia el paladín Plim.

- ¡No es justo! – dijo dirigiéndose lentamente - ¡habéis hecho trampa!, nadie se cree que hayáis ganado el sentaros en la gran silla del bosque – con el dedo en lo alto y cada vez mas enojado su piel empezó a coger un ligero tono rojo y alrededor de la parte posterior una aureola comenzó a surgir de manera mágica.

- Si te enfadas Plim vas a perder la aureola de paladín y te quedarás como un simple mortal y eso no es bueno para ti – finalizó con un eructo  hediondo mientras  se levantaba – debes aceptar las reglas del juego, unas veces se gana y otras se pierde y hoy has perdido, mírame a mí que he ganado dos veces pero he perdido jajajaja.

Plim no estaba para bromas, lentamente acercó su mano a la empuñadura de su espada mágica, la que repartía el bien y la justicia, la que daba comida al hambriento, agua al sediento, la que iluminaba su parte derecha de la armadura ligera, por un momento pensó en sacarla  y rebanarle la cabeza de un tajo.

-No te enojes Plim, cambia tu pensamiento, si me arrancas la cabeza de mi cuerpo entonces seríamos dos contra los que tendrías que competir y a cual más peligroso, no sería una buena idea, a parte va en contra de tus principios sagrados y no gustaría a los habitantes del bosque, te recuerdo que sois minoría y la minoría aunque tenga razón la mayoría determina, imagínate me cortas la cabeza y una parte mía eructando y la otra echando gases flatulentos ¡jajajajaja!

Plim quedó un poco perplejo, ¿Cómo había conseguido leer esa masa de carne sus pensamientos?, ¿acaso era inteligente?, paró un momento en seco.

 – No sé a qué viene ese comentario yo soy un paladín y solo reparto el bien entre los pobres y débiles, ¡somos los iluminados del bien supremo, los defensores de los débiles!  – Grun le miró sonriente mientras se rascaba sus partes, le daba mucho gusto rascar en las tonterías de Plim.

-  Que tú te creas que eres paladín no te da derecho a serlo y sobre todo con esos seguidores tan raros que te acompañan – levantó el dedo y señaló a una pequeña hada roja – tu amiga la Pepita Grillo, la que vive en el gran árbol gris, la que reparte “supuesto” amor y no para de hablar sin sentido ni fundamento, la que quiere repartir todos los frutos del bosque a todos sus habitantes, haga falta o no,  rompiendo el orden natural del bosque, incluyendo a los trolls que no hacen nada y solo destruyen, pues Pepita Grillo te lo acaba de comentar al oído y la aureola se te ha reducido levemente.

- ¡No se llama Pepita Grillo!, es una hada pura, nunca descansa, es el Hada Amor – Plim se dió la vuelta y muy enojado tapándose la boca para que no le oyera Grun le espetó a Amor:

– ¡te dije que hoy no aparecieras!, tengo que ocuparme del Grun, no debe llegar a la silla, no le pertenece, la silla es mía y de mi justicia divina y tu no ayudas – aleteando las alas y en una grácil pirueta se posó en el hombro de Plim y le susurró al oído:

- Los habitantes del bosque están muy enojados – dijo con una horrible y ronca voz incomprensible para un ser tan diminuto – están cantando canciones de los antepasados de nuestros antepasados, la verdad que son hermosas, pero nadie sabe de qué hablan, a parte la mitad de los seres de la floresta no se saben las letras ni la canción y hay un lío montado terrible, ¿quieres que grite la palabra mágica “revolución”? – Plim se quitó al hada Amor de un manotazo, mientras esta gritaba ahora con gran desconsuelo y una incomprensible voz de pito, Plim siguió andando a la vera del hediondo Grun.

- Pepita Grillo –dijo Grun a Plim mientras se chupaba los dedos impregnados en dulce miel- cada vez está más insoportable y torpe, habla, habla y habla y no dice nada, a lo mejor es que deberías de imponer algo de orden entre tus vasallos y que digan todos lo mismo, nos estáis volviendo locos a todos…

- Habló el monstruo de las cavernas – le replicó Plim-  el bicho casto que se ha rodeado de todas las bestias inmundas, que ha dado de comer a los buitres, a las lechuzas, a los murciélagos de la noche, que se lo han llevado a manos llenas… no os merecéis ni el aire que respiráis, codiciosos, avaros, nuevos ricos…

Grun siguió paso ligero por la colina mientras oía el largo discurso del paladín Plim.

-No te enojes paladín, no todo puede salir bien, sabes que la gula se apodera fácilmente de los míos,  ¡somos malas bestias, de principios poco morales!, nosotros a diferencia de vosotros al menos lo sabemos, vosotros vais con vuestra aureola repartiendo el bien con la varita del mal, deshaciendo el orden natural de las cosas y luego montáis la que montáis, ingenuos vampíricos,  pero no te preocupes con los que no se han comportado bien de los míos ya nos los hemos comido, o los hemos mandado a las mazmorras… Bueno alguno queda, pero lo tenemos escondido lamiéndose sus heridas, así no me salpican de sangre.

Al llegar cerca de las escaleras que daban acceso a la gran silla paladín Plim sacó su majestuosa espada amenazando con la punta a Grun.

-  ¡habéis saqueado el bosque y no voy a permitir que tú acompañado de tus gordos sebosos volváis a hacerlo! – Entonces la aureola hizo “ploff” y se esfumó, Plim miró de reojo y volvió a enojarse - ¡tengo la razón divina del pueblo del bosque y por el poder que me otorga voy a sentarme, ¡punto pelota!, ¡gordo de mierda!

Le empujó con fuerza y comenzó a subir a la carrera y a la mitad de los escalones apareció el Fauno Brunus que pasaba como el que no quiere la cosa saliendo de la nada mas sospechosa, el golpe fue tremebundo, quedando ambos aturdidos.

-Brunus, ¿tu ahora?, ¡desaparece de mi vista!, a punto de sentarme encima de todos y apareces tan triste e inoportuno como siempre, ¡déjame pasar que el pueblo me aclama!

-¿perdona?, yo soy el pueblo y vengo a sentarme en mi trono – dijo mientras inclinaba la cabeza apuntando con sus pequeños cuernos a Plim – no me dejaste la última vez pero esta si cuela me siento.

-Tú, ya  tuviste tu oportunidad hace lustros y  dejásteis  la silla y alrededores llena de cagaditas, menudos bichos, mucho cuerno, pero pocas cornadas, muchas ideas y a cual peor, un desastre al final perdísteis la silla por aburrimiento – Plim estaba ciertamente de nuevo enojado.

-  Yo soy el dueño verdadero, el defensor del oprimido, el…. –recitó pastosamente Brunus.

- Sí,  eres el repartidor de la miel solo entre los tuyos, al resto mocillas – dijo Plim mientras reía–  el indeciso, el don-de dije digo digo Diego – continuó riéndose – te recuerdo que a un antecesor tuyo le confundieron con un astado, pero claro no lo sabéis, sois una raza de astados, jajajaja.

- Habló el egoísta – contestó Brunus - el que no deja gobernar al bien, el que no se da cuenta que soy el líder natural de este bosque, somos los más antiguos, los elegidos, yo leo el oráculo y serás devorado por los tuyos- se acercó a Plim y comenzó a tocar la flauta… Y una pequeña gran trifulca comenzó de nuevo entre ambos…

En ese momento Grun  comenzó a andar lentamente, sabía que sus rivales habían caído presos de su ultra ego, pasó por medio de Brunus y Plim que como andaban muy calientes poniéndose pegas no tenían ojitos para nadie…

De repente, ambos miraron a la cima y en la silla estaba Grun, reinando, había vuelto a ganar y lo peor de esta historia es que en vez de mirarse Plim a Plim y Brunus a Brunus y cada uno a su horrible y sucio ombligo ambos empezaron a despotricar; Plim sobre Brunus, Brunus sobre Plim y al final como siempre se quedaron solos mucho tiempo insultándose mientras la vida en el bosque continuaba, los pobres tan pobres como siempre, la clase media tan en medio como siempre, los ricos tan ricos como siempre y los utópicos cabreados y peleándose entre sí como siempre…

Moraleja, el que tiene ideas visionarias y posee la verdad absoluta y encima pierde, tal vez sea porque realmente lo que ve sea imaginario y no real  y saber que tu verdad no es real duele y el dolor te hace ver las cosas al revés y al revés la sangre te sube a la cabeza y la cabeza se te pone gorda y acabas como Grun gordo y feliz….



martes, 28 de junio de 2016

BUD SPENCER QUE ESTAS EN LOS CIELOS



Mi infancia tardía y mi primera adolescencia aconteció en una sala de cine en Madrid los cines “Espronceda”, “Cristal”, “Europa” y otros tantos que ya no recuerdo por Bravo Murillo, eran templos decadentes, rancios, con un olor extraño pero a la vez transmitían potencia, ilusión, eran simplemente mágicos y allí entrábamos mi primo Miguel Ángel y yo.

La sala oscura, sonido enlatado y un extraño hombre con una linternita nos recibía y nos llevaba hasta donde debíamos sentarnos a ver otros mundos y eso hacíamos, con suerte la copia que se filmaba estaba en buenas condiciones y la película no tenía demasiada lluvia, o no tenía cortes  sin sentido en donde una escena pasaba a otra sin más o en medio de una frase se comía tres palabras y quedaba una conversación “rara”, también de vez en cuando la pantalla se quedaba en blanco y la gente empezaba a gritar ¡la película!, e imagino que detrás de aquel misterioso agujero por donde salía una luz blanca inmaculada debía de haber alguien que somnoliento (porque tardaba un rato)  arreglaba lo que tuviese que arreglar.

Recuerdo que en todos ellos había un cutre bar, no había palomitas, lo recuerdo como un bar de carretera de los antiguos, solía estar en la entreplanta eran decadentes, con poca luz, tristes, muy limitados, a lo sumo una bolsa de patatas y una coca-cola en vaso duralex, sin hielo, sin limón, sin alma.

Entáabamos de día y salíamos de noche, era la doble sesión de películas antiguas o éxitos de hace años o películas de serie “B” absurdas, ridículas, admirables.

 Los sábados alternos mi tía “Diosa” María Matilde nos llevaba a ver los estrenos correspondientes del mes, inmensas colas en cines de mas caché, “Fuencarral”, “Palacio de la Música”, un estreno de cine era lo más, “El coloso en llamas”, “Poseidón”, “La guerra de las Galaxias” no os podéis ni imaginar la sensación que causaba, salías del cine haciendo un plan de prevención de incendios para el edificio en el que vivías, creías que te ibas a ahogar en la bañera  o simplemente querías viajar por la galaxia, eso sí en tu Renault 12.

No sería justo no hablar de mi amada Lisboa, aquí mi fiel acompañante era mi primo Titinho y eso era otra historia, Portugal unida por lazos estrechos a Inglaterra vivía a años luz de España en cuestiones audiovisuales, estrenaba al menos seis meses antes que en España, aquí había dos tipos de cines las enormes señoriales salas de cine y luego otros más íntimos, recuerdo  uno en frente a la casa de mi abuela que bajabas unas escaleras y tenía como un restaurante a la entrada…  y después la sensación única de ver las películas en versión original subtitulada que era algo mágico, increíble, los cines “Londres”, “Monumental”, “Roma”, incluso en verano en una ciudad costera del norte de Portugal “Figueira da Foz”, el cine proyectaba una película distinta diaria y yo las veía todas, no faltaba ni a una, vivía en dos mundos dentro de otros mundos, era la magia del cine.

Y en todas estas vivencias ahí estaba siempre él,  Bud Spencer, magnánimo, inmenso, brutal, lo llenaba todo, esa cara que ocupaba toda la pantalla, ese gesticular de cejas, esos enormes mofletes que hinchaba como globos, ese mirar para un lado con desesperación, ese andar liviano para una mole tan grande, esas manos que parecían sartenes de 26 cm que incomprensiblemente cuando las usaba dando tortas sonaban todas así “Plaf”,  yo me reía y le adoraba, sonreía en cuanto aparecía por primera vez, daba paz, sabías que los malos con él por ahí rondando nunca se atreverían a tocarte.

Podía ver una película suya varias veces, incluso en los cines de doble sesión hacía triple y volvía a verle como le cascaba a los malos en compañía de ojos azules “Terence Hill”, era la pareja perfecta de amigos, dos caracteres distintos que se necesitaban, que se compenetraban, al final de sus películas cada uno por su lado, pero te era indiferente, sabias que en la siguiente película estarían juntos y si no era así, veías de nuevo una de las antiguas, me encantaban, les quería de verdad…

Luego creces, aparece el vídeo que mata a las salas de cine de antaño, que mata  otra manera de ver el cine  y  sigues creciendo y todo cambia y refinas el gusto por una buena película incluso te gustan películas que no gustan a nadie, buscas cosas, miras a través del visor de la cámara, entiendes lo inentendible, pero siempre, repito siempre estará Bud Spencer en todas las películas que vea, dándome tranquilidad y cariño.

Querido Bud  hoy me he ido un poco contigo, tendré más cuidado con los malos que me podrán pegar porque no estás ya aquí, porque tú allá donde estés impondrás orden y protegerás al desvalido y harás el bien, que es lo tuyo, te quiero Bud.

La muerte es esto, por eso ¿y si no nos enfadamos?,  una lágrima se me ha escapado escribiendo sobre mi amigo, adiós hasta pronto, buen viaje…


Y mi Oscar particular que es el más importante es para ti, hermano de la Trinidad….

viernes, 24 de junio de 2016

EL OCEANO Y EL SOL



El océano está bravo, inquieto y las olas no paran de batir contra tu malecón de carne y hueso, tus inquietudes y tu miedos te salpican constantemente, la espuma blanca que recubre el color real del océano tapa por momentos tus dudas, hace frío, el aire es húmedo pero no puedes moverte de donde estas, atado y preso de tus recuerdos no miras hacia el horizonte donde tal vez haya claros y veas los rayos del Rey Sol apaciguando el bravo océano allá a lo lejos, prefieres ver los daños causados por las numerosas tormentas que han muerto en ti  y las consecuencias nefastas que tendrán las que ahora mismo azotan tu alma.

Llega la calma, el agua templada acaricia tu fría estructura, te murmulla al oído suavemente con una cadencia lenta, como una nana de cuna y tú te relajas, el Rey Sol te acuna y te da calor.

Este es el ritmo de la vida, no es ni mejor ni peor, no eres más especial que nadie, no hay tormentas hechas a tu medida, el Huracán pasará por tu lado pero se irá a otras orillas a hacer daño, no muere en ti,  no existen sirenas que se posen en la base de tu estructura ni en ninguna otra aunque te cuenten lo contrario para debilitarte, el acariciar del agua es un capricho del océano igual parta todos, que no te engañen, el Rey Sol es magnánimo y da calor a todos.

Por eso has de ser fuerte en los peores momentos y relajarte y vivir en los buenos, ese es el juego en la ruleta de la vida, si estás lamiéndote y relamiéndote  tus heridas cuando estás en el tiempo de felicidad en vez de disfrutarla, cuando vengan las tormentas no estarás preparado y se agrandarán mas tus grietas y llegará un momento que no sabrás distinguir en la estación en la que te encuentras, comenzarás a echar las culpas al batir de la olas o te quejarás de lo mucho que calienta el sol, todo te parecerá mal y querrás que vengan otros a recomponer tu malecón, ese que has echado a perder y verás a lo lejos otros diques impolutos e interpretarás que todo está contra ti que los otros han tenido ventaja sobre ti.

Y el océano y el Sol seguirán impasibles batiendo sus olas y calentando a todos por igual.



domingo, 19 de junio de 2016

AL SOLDADO DESCONOCIDO



Los ojos miraban al cielo,

el sol estaba perdido,

las doce de la mañana

retina de un herido.

 

¡María, cuanto te quiero!

de muerte estoy herido,

mi boca está muy seca,

mi garganta sin sentido.

 

¿De qué ha servido luchar?

ahora que yo me muero

en este campo tirado

solo con mis recuerdos.

 

No puedo mover las piernas,

no siento ya los dos brazos,

oigo a mi madre cantar

¡María, cuanto te quiero!

 

He despertado sediento,

voy perdiendo el pulso

mi vida he dado ¿para qué?

si soy solo yo el muerto.

 

Soldado triste que llora

bajo cielo estrellado

sin nadie que le auxilie

la muerte toca su hora.

 

Yo sólo quería la vida

tú me trajiste la muerte

tus ideas me han matado

¡María, cuanto te quiero!

 

Y tú en palco orando

mentiras para incautos

te odio más que  a mi alma

político tú me mataste.

 

Y aquí muero de pena

la muerte toca a mi puerta

¿dónde estáis camaradas?

 

¡María, cuanto quiero!…

sábado, 18 de junio de 2016

EL MAL NOS INVADE


El mal sobrevuela el mundo cada vez en vuelo más rasante.

Enturbia la mente y posee a un desgraciado, la víctima una mujer, su sentencia a muerte por ser libre como el viento, defender sus ideales, ser madre, vivir la vida, su verdugo un perturbado que ha sido tocado por las garras de la bestia y ha dado forma a sus miedos, a sus frustraciones, le ha hecho único, perfecto, superior y le ha matado, simplemente porque sí, con Saña.

Regresamos con la boca llena de sangre, un delincuente, un don nadie, un fracasado pero el mal le ha besado en la boca y le ha hecho que viera la verdad, ha dado razón y sentido a su triste y vacía vida y para celebrar la llegada de su Dios ha matado a un hombre y a una mujer delante de su hijo pequeño, como se hacían los sacrificios en la época más oscura de la humanidad y ha reído y se ha sentido un héroe, grandes y valientes hazañas como las que ha hecho son dignas de su idiotez filtrada por el odio que le han ido inoculando los suyos. Le han matado y el mal goza porque su víctima está ahora en la nada, Dios no existe para ti ignorante y el mal llora de alegría ya que ha diseminado más odio y venganza.

El mal vuela hacia atrás, de continente en continente, le gusta confundirse con la idea absurda de un Dios superior y toca de nuevo a la víctima, un hombre torturado por sus contradicciones, lucha contra su tendencia natural, ama a sus iguales, a los de su mismo sexo pero sus absurdas creencias aprendidas del árbol podrido, del bosque carcomido de odio le hace que se odie a si mismo más que a nada en el mundo y se arma de cobarde valor y mata a los que ama en sangrienta fiesta y venera y se siente protegido por los que le han envenenado, y el mal ríe porque ha logrado su fin: confundir a otro desgraciado y al mismo tiempo sembrar más odio para que todo reviente.

Y hablamos de Europa donde su hermoso y bello bosque está plagado de árboles insanos, ahí anida la maldad y ahí están los valientes que matan gratis bajo la absurda idea de un retrógrado y rancio paraíso lleno de vírgenes y ahí está de nuevo el maligno con su lente, realmente tras la muerte no hay nada y la nada es fría, sucia y las vírgenes son bestias sarnosas que sólo dan dolor y que vive de los ingenuos y perturbados que se han dejado engañar por el señor del averno. Pues bien, la valentía supuso matar en dos sitios a la vez y matar a inocentes y hacer que la bestia comience a despertar de nuevo en la vieja Europa, está naciendo de nuevo el hijo del mal.

De otras batallas recientes del maligno ya he escrito y queda grabado en la solitaria red, cada vez hay más que escribir, los actos de maldad empiezan a reproducirse como esporas, como una plaga, a cual peor y es tanta maldad que se me agarrotan las ideas y las manos me sangran tinta roja que se seca antes de tocar papel no pudiendo escribir sobre todo, haciéndome insensible a tanta barbarie, estoy preocupado, empiezo a no sentir.

Se debe poner orden, debemos no tender hacia los extremos, la peste del odio ha ocupado el centro de nuestras vidas, el ejemplo más palpable es el mundial de fútbol, en las calles la gente se pega con saña, se lincha por diversión, por placer, es la orgía del mal,  se entrenan para ello, la maldad se cultiva, es el mal volando bajo y pudriendo el altar del deporte, es lo negro, lo vil del ser humano, es odio gratuito, es la maldad creciendo dentro de la diosa Europa...

Finalizo con los reyezuelos y sus infectos y podridos reinos de taifas, con sus tristes banderas con colores del rencor, creer ser diferente al igual es la distorsión del mal en estado puro, es sentirte superior por el mero hecho de vivir en un sitio, es dar forma a reglas absurdas, es sembrar confusión desde la infancia, es beber de un abrevadero de ideas falsas, un triunfo del odio.

Y mientras tanto una invasión acontece en la vieja Europa difícil de asumir y que va regando el jardín  del mal que hay en millones de personas, resulta que la paradoja de ayudar e intentar ser mejores está siendo otra trampa mortal, otra distorsión, la diosa Europa está siendo borrada, la libertad del pensamiento está siendo devorada, los que llegan han de adaptarse a lo construido, han de respetar a sus anfitriones, no pueden traer su caos y confusión e intentar acoplarlo a nuestra máxima, la democracia, la libertad personal, el triunfo de la mujer, el estado laico, respetuoso con los que creen y con los que no, no pueden imponernos nada, pues lo nuestro nos lo hemos trabajado durante siglos, en batallas crueles, atroces bajo océanos de sangre, recordemos y respetemos a nuestros muertos, nos debemos a ellos…


Por el camino que vamos y si no recuperamos la cordura el Rey del mal dentro de nada reinará y entonces de nada nos valdrá llorar…

jueves, 16 de junio de 2016

FIN DE LA FIESTA – AQUELARRE



Se acabó la fiesta, recoged el escenario porque se acabó la fiesta.

Quitémonos ya las máscaras porque es de noche, ni se nos ve, ni se nos oye.

Como los sueños lejanos todo acaba y parece que nunca empezó.

Brindemos por los que cayeron, por los que se ahogaron en la incomprensión, lloremos por los olvidados, por los que hundimos en el averno, lloremos por nosotros los que llegamos al final.

 Dentro de poco tiempo, ahora mismo ya no somos nada, sin manada y sin protección somos sombras de lo que ha sido y nunca más será.

Jugad en enloquecido aquelarre, quemad  vuestros miedos, quemad a vuestras brujas, cuidado con el fuego os podéis helar que lo que habéis calcinado son vuestras sombras, nada más.

 Bebed, bebed, vuestra guarida está a punto de desvanecerse, mamá cabra ya no da leche, los cuernos afilados del cabritillo han herido de placer a la bestia, bebed, bebed, ritual satánico, no huyáis pronto os descubriréis. 

 La realidad está a punto de aparecer como alma en pena, cuando amanezca y la resaca os deje ver, entonces os daréis cuenta de lo que ha sido y no fue, el ala protectora negra de la urraca no os ha dejado ver el sol y ahora ciegos no sabéis que hacer.

 Y el triste escenario permanecerá perpetuo hasta que un día se desvanezca, todo ha sido un sueño, un sueño que ha desembocado en el mar…

 Se acabó la fiesta y nadie recoge sus miserias ni sus pecados, se quedarán ahí quietos, paralizados, así es esta historia, después de corto tiempo otros vendrán…

 Y otra fiesta empezará con otros actores, pero idéntico final…


miércoles, 8 de junio de 2016

MIEDO – EL MÁXIMO TERROR, UNO MISMO



Comenzaron las pesadillas muy pronto, de pequeño estaba muy a menudo enfermo y tenía fiebres altas, esto me hacia sudar y pasarlo muy mal, dentro de mí oído un zumbido me acompañaba siempre en estos momentos, un zumbido agudo, constante, molesto y siempre estaba yo allí, en un desierto raro, con mucho calor y yo en lo alto de una duna veía filas de hombres que recorrían la arena sin rumbo fijo, ordenadamente uno de tras de otro en una cola infinita y el ruido me acompañaba monótonamente, me agobiaba mucho, me quería ir, tenía sed, me quería despertar… Y ese sueño me acompañó muchas veces en mi más tierna infancia hasta tal punto que todavía lo recuerdo y de vez en cuando creo oír el zumbido, muy a lo lejos, como mi infancia…

Jugaba revoloteando como una mariposa, travieso niño,  en la cocina de Doña María, mi segunda madre, en su vieja cocina y yo le decía:
- me bajo a la calle
- no bajes en ascensor, es peligroso – me respondía mientras cocinaba uno de sus ricos guisos

Y allí bajaba yo desde su cuarto piso agarrándome a la barandilla de madera barnizada, raspando la reja que protegía el hueco del antiguo ascensor, riéndome, feliz, pletórico me iba a jugar a la calle, deseaba ver el sol, en el último tramo de escalera a dos escalones de pisar el portal una enorme mano  vieja salió por dentro del ascensor y me agarró del cuello y empecé otra vez a sudar, con los ojos en blanco y de nuevo de mi alma ese grito inmundo salió de mis adentros y encharcado en el sudor desperté solo pues los que me venían a consolar no llegaban a mi terror.

Pánico a la oscuridad, de noche allí lo veía, al pie de mi cama, enorme, encorvado llegaba al techo con su cabeza inclinada porque no cabía, me miraba, imperturbable, sin muecas, terrorífico, el sudor frío me recorría por la frente, no me podía mover, el corazón se me estaba encogiendo, me dolía y de repente rompía a gritar histérico, descontrolado estaba siendo perseguido por un alma sin descanso.

Finalmente en mi época oscura del internado, en esos inmensos pasillos una noche desperté sin motivo alguno, el silencio era brutal, hacía daño a los oídos, todos dormían profundamente menos yo que miraba al techo y a la ventana que daba al campo y por la que nada se veía salvo el negro de una noche profunda, al darme la vuelta contra la pared unos gritos descontrolados, amargos de dolor comenzaron a llegar del fondo del pasillo, me tapé entero, sin mover un músculo y un conocido sudor frío empezó a invadirme de nuevo, como antaño, nadie oía nada, nadie se despertaba y al final saqué mis últimas fuerzas y de golpe salté de la cama y el grito paró, mis pies en el gélido suelo de terrazo avanzaron solos al pasillo y me situé en el medio y allí al fondo donde las escaleras vi una silueta inmóvil, intuía que me miraba, pues nada se veía, y poco a poco sacando valentía de donde no la había me fui acercando y ya cerca me vi a mi mismo sollozando, acompañado de todos mis miedos, de mi ignorancia, de mi soledad absoluta y mi sombra levantó la cabeza y me miró fijamente me sonrió levemente, levantó la mano como despidiéndose y desapareció escaleras abajo…


… Y en esa noche sentí que moría un poco, mis miedos de infancia me habían abandonado, era libre, o eso creía porque al meterme en la cama no estaba solo, al acomodarme y abrir los ojos allí estaba yo de nuevo mirada fría, sonriéndome acompañado y detrás de mi sentí que a partir de ahora el verdadero miedo me iba a acompañar hasta nuestros días, renovado, poderoso, el miedo a uno mismo… 

miércoles, 1 de junio de 2016

VENEZUELA



Se desmorona el cuento de hadas, se derrumba la torre más alta,  el sufrir de un pueblo quebranta su base.

La fila de gente de muertos vivientes,  de miradas perdidas, corazón encogido, hambre no por uno sino por todos, hace que uno a uno, todo a todo no se consiga nada, porque nada ya se siente.

Minaron la base, quemaron lo hecho,  el resultado es la nada que engulle a un pueblo, miradas  vacías,  ninfas desterradas, el sueño se acaba sin tiempo a nada que no sea sublevarse.

En lo alto de la torre un loco recita y nombra y renombra a los libertadores, lávate la boca no hables en nombre de nadie, nadie te escucha porque en tu pueblo solo hay hambre.

Canta a la rebeldía como dijo vuestro poeta ¡oh que orgullo el suyo!, pueblo mío: ¡lucha!, ¡lucha!, ¡lucha!.

Y todo se derrumbará como castillo de naipes, porque todos sois uno y no podéis luchar contra vosotros mismos, recordad que el bien mayor es la libertad y sois presos de un sin sentido, el garante de la libertad no puede atacar a su pueblo del que forma parte, del que ha nacido, no se puede matar a una madre.

Volved compatriotas a vuestra amada tierra, vuelta a la patria, no sufráis destierro como el poeta, que el aroma de las violetas silvestres y el azahar inunde vuestros sentidos, que las verdes palmas os den cobijo y la brisa del mar y el aire de las montañas os den fuerzas.


Luce el sol Venezuela con el alma en paz y la frente erguida...

EL POPULISMO