martes, 31 de diciembre de 2019

VENTE A 2020

Daron Mouradian - pesca



Retuerzo el anzuelo del paso del tiempo
y observo que cruzo el ojal y la cuerda no puede,
pues la punta punzante me observa desafiante
y temo que entre en mi boca y me pesque a mí mismo.

Observo que acaba este loco decenio
termina otro año, comienza de nuevo,
ya nada es igual y todo es lo mismo,
los años empiezan por diez y ahora por veinte.

Bebamos y brindemos por la banalidad del tiempo
pues traspasamos la frontera de otros diez cortos años
y todo el tiempo pasado y la magnitud de un tiempo futuro,
hace que ya no distinga la siguiente aduana
o simplemente no llegue, nunca la vea.

Y pesco palabras mientras escribo
que no quiero decir lo que he dicho
pues nunca he pescado ni he usado hilo
que me dejo llevar por la fluidez del tiempo
y entro en silencio escribiendo en este 2020,
repito vente, vente, entra conmigo al nuevo decenio.


sábado, 28 de diciembre de 2019

TRISTE TURISTA

Turistas perdidos en si mismos

Huimos de todo, de nosotros mismos,

ganado aéreo se queda sin pastos

manadas de zombis en busca de nada

pues lo que quieren realmente no existe.

 

Masas oriundas de ningún otro sitio,

estampida humana, sedición de gente foránea

que entra a tropel en las grandes urbes

y las convierte en tristes parques temáticos,

visitan monumentos como el que va en metro,

no guardan las costumbres ni el respeto,

echando a sus habitantes genuinos,

creando grandes escenarios,

sin sus desaparecidos vecinos,

las calles sin realmente transeúntes,

lleno de gente tirando de maletas,

usando las aceras como sillas,

comiendo tristes bocadillos,

como si fueran pobres.

 

Ya no hay vecinos y el cáncer se extiende

y las tiendas de antaño que daban vida al barrio

también desaparecen, se esfuman,

ya no hay tenderos, ni ferreteros

los establecimientos de mi infancia,

solo hay franquicias que todo lo pueden,

es igual comer en Sevilla que en Nueva York,

indiferente comprarte unos zapatos en Lisboa o Paris,

todo es lo mismo en diferentes lugares,

huimos sin saberlo a nuestra propia casa.

 

Buscamos comer lo de siempre, lo de nuestro país,

cuando teóricamente hemos ido a conocer otra gente

absurdo al cuadrado, la superficialidad al máximo exponente,

por el estómago conoceréis que piensan otros,

pero realmente no quieren saber, solo huyen,

buscan a miles de kilómetros lo que comen a diario.

 

El turismo, la dulce muerte de lo auténtico,

la peste social que todo destruye,

que convierte al autóctono en un avaro

pues la manada trae dinero que todo lo pudre

y el que tiene un piso echa a su inquilino,

ese que vivía y daba vida al barrio,

que compraba al ferretero, al tendero,

al del restaurante, a los genuinos.



El propietario en afán de sacar dinero

alquila el piso por días

pues al ilustre turista le cobra el doble

y a éste le importa un bledo

pues mañana estará en su casa,

y el nativo que se aguante

él ya ha pagado su impuesto

por ir al medio del desierto

pues realmente nadie de allí había

tan solo la miseria de distorsionar los precios.



Ahora solo quedan pisos pateras,

llenos de turistas inquietos,

de inmigrantes legales como el oro,

ahora solo hay locales vacíos,

chinos que se buscan la vida,

esclavos franquiciados,

tienda de souvenirs sin gracia,

hamburguesas, pizzas y paellas congeladas.



Y al final el autóctono vive en la periferia

convirtiéndose sin quererlo en lo genuino,

ya la gente no va al centro,

representación cutre de sus recuerdos.



Hasta que llegue un día que la marabunta se dé cuenta

y entonces comiencen a visitar el extrarradio

los polígonos, los pueblos feos,

y entonces el autóctono y lo genuino desaparezca

y todos seamos abducidos,

todos seamos tristes turistas.



AMÉN

 


domingo, 22 de diciembre de 2019

FELIZ YULE, FELIZ NAVIDAD




Y allá en lo más alto del monte
donde termina el bosque
y empiezan las rocas hasta la cima
se encuentra un gran abeto,
no tiene bolas de cristal
no tiene bonito espumillón
no tiene luces que le iluminen,
tan solo es un árbol
que baila al son del viento,
su copa besa el cielo,
sus raíces entran en el infierno,
árbol teatro de nuestra vida,
escenario de la gran naturaleza
que nos da sombra y cobijo,
que nos da calor en invierno,
morada de dioses buenos
y del diablo al mismo tiempo.

Solsticio de invierno
donde manda la noche
y comienza la lucha
por días sin lluvia,
por días de calor,
estar a la sombra de una parra
bajo los efluvios del vino,
por eso adoramos al árbol
y creemos en el dios Frey
que con su espada de fuego
su ímpetu y su virilidad
nos llevará por buen camino
hacia un eterno verano
lleno de paz, sexo y placer.

Por eso mi árbol este año
tiene bolas de cristal,
un bonito espumillón
y una estrella que le guíe,
luces que iluminen
su camino divino,
todo ello en rico oro
color de Gullinbursti,
cerdo que guía a Frey,
y en agradecimiento
este me dejará bajo el árbol
pequeños presentes
y un intrigante mapa
de miles de aventuras
de alegrías y tristezas
que tal vez me enseñe
el mejor camino posible
para la década del veinte.

Por eso, desde mi humilde morada,
en esta fiesta de la familia
cenando todos junto al árbol,
buscando su abrigo y protección
deseándoos un feliz Yule
época del año
donde el sol vence a las tinieblas,
y donde Jesús nació
por eso os digo
Feliz Navidad.







domingo, 15 de diciembre de 2019

NO LEER NADA

San Marcos y el ojo -  Artur Wolfordt

Leerte que te leo como una loa tranquila,
pensar que te pienso mientras veo lo que escribes,
sentir lo que sientes mientras lees mis pensamientos,
estar junto a mí sin tan siquiera conocernos, sin tocarnos,
dimensión paralela de un espacio tiempo.

Te observo mientras que intentas entender este galimatías
y lo que no comprendes lo vuelves a leer, lo intentas asimilar
y si no lo entiendes simplemente lo digieres como un sin sentido,
algo absurdo, surrealista y banal, es entonces cuando piensas
¿qué hago yo leyendo una loa a la calma de alguien que no conozco,
de alguien que tal vez ni exista?

O tal vez sea un canto al viento
y no haya nadie leyendo
pues no hay nada escrito
y todo sea mentira,
que tú y yo no estemos
que no haya nada pues no puedo,
la nada no escribe versos,
es entonces cuando te das cuenta
que nunca me has leído pues en realidad no existes
y tus ojos y mis manos un simple misterio
un acto de fe
que seamos simples sueños
en un cruce de caminos
unidos por este escrito.

domingo, 8 de diciembre de 2019

ENVENENADO AZUCARILLO

Ríete tonto - Jacob Cornelisz 


Descuida lo nunca visto pues no existe,
abandona los malos recuerdos, olvídalos,
no anheles las experiencias que no tuviste,
despídete de tu musa, bello sueño.

El largo caminar te ha henchido de llagas,
es el desgaste de acariciar tu destino,
la sutil tortura de muchas decisiones,
reguero de sangre y penas, lo recorrido.

Duro ascenso, indescifrable, sin sentido,  
y ahora, el descender por la vida,
pasa el tiempo y observamos el cielo,
caemos en un vil espejismo del tiempo,
no miremos al suelo, se acaba el camino.

Desaparezcamos como por arte de magia,
sobreviviremos en los que nos aman,
perduraremos en sitios insospechados,
nos disolveremos en un todo,
como dulce y envenenado azucarillo…



domingo, 1 de diciembre de 2019

PLATOS ROTOS



Platos rotos de buena artesanía,
resquebrajados de lado a lado,
se arreglan con esmero,
esperando el alimento.

Platos rotos son corazones,
partidos por la mitad,
sin sangre que bombear
a un estómago vacío.

Platos rotos nuestra mente,
que no desfallece y nos da esperanza,
que convierte la miseria en un festín,
del nada que llevar a la boca.

Platos rotos es seguir luchando,
por dura que sea la vida,
comer en tus rotas manos,
vajilla antigua de porcelana fina.


domingo, 24 de noviembre de 2019

FIEBRES DE OTOÑO

Leonora Carrintong - Angels

Sangre que quedas perturbada por tu ausencia,
atrapada en una maraña de venas ordenadas,
María sangrienta, coctel de mi corazón,
es el otoño que ha llegado a desordenar mi casa.

Es la zozobra del no tenerte cerca, ni lejos,
es la angustia de no poder respirarte,
es el agotamiento físico, el derrumbe personal,
es un calor que me agobia, me mata.

Sé que algún día serás quien me abras las puertas,
que me lleve a mi infierno, haciéndome reposar,
será mi maestro de ceremonias,
será el que me ha de acompañar.

Postrado me encuentro sin ánimos de nada,
viendo pasar el frío gélido por mi interior,
lucho contra mi cuerpo desnudo, sin alma,
es mi punto débil, ha sido y será.

Pero según avanza el tiempo, la edad, todo es diferente,
los sueños son más profundos, las olas gigantes,
y uno ya no lucha como antes, se deja un poco llevar
por la dulce corriente de la vida hasta dejar de una vez por todas la puta monotonía del remar…

domingo, 17 de noviembre de 2019

VIRGEN PAPEL

Ralph Steadman - Sigmund Freud



Virgen papel que estás en mi mente,
te miro y te veo y no dices nada
permaneces inerte, tan solo una hoja,
plana, lisa inmaculada, blanca.

Bolígrafo en mano, toca la punta,
acaricia la mesa pues tan solo calla,
grafito pausado desde la mina
pronto a manchar tu blanco divino.

Y dentro de mí caldeo la idea,
pequeño ser que alimenta la angustia
que da forma a mis sentimientos,
que es expulsar el demonio que llevo dentro.

Y el negro carbón ensucia la hoja
transcribo al papel ideas abstractas
difícil trabajo escribir lo que siento,
inútil misión que alguien me entienda.

Dentro de mí le siento, estoy poseído,
por ser un inconformista
por no comulgar con nada
y no estar de acuerdo con nadie.

Triste papel desvirgado
sangre negra que cubre tu cara
ahora que dices algo, no te entiendo,
son mis ideas negras sobre blanco impoluto.

domingo, 10 de noviembre de 2019

APOCALIPSIS PERSONAL

Y el quinto Ángel tocó la trompeta: y vi una estrella caer del cielo sobre la tierra, y a él se le dio la llave del pozo sin fondo (Apoc: 9 - V: 1-11) - en el Beatus de Facunda


Tocan las trompetas del apocalipsis personal,
es el fin de un árido recorrido por mi consciencia,
es el inicio de la salida de unas lluvias torrenciales,
es el punto intermedio entre lo acaecido y lo que acaecerá.

Es la séptima trompeta que resurge con fuerza,
es la melodía de la cornucopia de la gran Tyche,
sonido suave y bello, cálido y frío,
amanecer de nuevos tiempos, despertar de turbios sueños.

Es el Guadalquivir desbordado en Tartesos
es el acabose de una civilización mágica,
es el nacimiento de una ciudad mariana,
es la muerte de la Diosa tierra y el surgir de una Virgen.

Es la contradicción del pasado, presente y futuro,
pasado antiguo, hermoso y fácil que me lastra,
presente, fin de la tormenta que me ha hecho crecer,

futuro, siempre en frente nuestro, siempre hacia delante.

domingo, 3 de noviembre de 2019

LA CASA DE LAS SIRENAS

la casa de las Sirenas - Sevilla



¡Era tan divertido Hallowen!, disfrazarse de muerto, esqueleto, vampiro, decorar la casa con telas de araña, cabezas cortadas, sangre en las paredes, vestir a tu adorable niña de bruja, de difunto, todo era genial, banal, absurdo, incluso antes de salir todos rieron mientras cantaron extraños conjuros sin ningún sentido de un viejo libro comprado en el mercadillo de la calle Feria.

 

Toda la familia marchó por las estrechas calles del centro de Sevilla a celebrar tan curioso día, se sentaron en una terraza en la Alameda de Hércules y dejaron a los niños Juliancito disfrazado de demonio, Susanita de Bruja y Pedrito de muerto viviente correr por el milenario parque, antaño lúgubre pantano robado al mayestático Guadalquivir.

 

Hércules y Julio Cesar observaban impávidos desde lo alto de sus columnas como el sol descendía tras los edificios, era el naranja atardecer, el negro de aguas estancadas, mientras los niños ajenos a todo drama corrían  entre la terraza y los columpios, jugando en el castillo infantil, subiendo y bajando, trepando por las cuerdas, todo era reír y reír, por fin pararon las tres criaturas sudorosas, exhaustas, marchando de nuevo a la carrera hacia unos bancos de piedra, mientras, sus padres alegremente bebían disfrazados, banalizando y ridiculizando a las criaturas del mal.

 

Estaba Susanita hablando sobre los sabores de las gominolas de fresa cuando observó que enfrente de donde se encontraban había una antigua gran casa, en el centro una enorme puerta de hierro y a ambos lados dos enormes estatuas de un metal verdoso, eran unas bellas señoras  con el torso desnudo, una tenía los brazos en alto y miraba hacia el cielo y la otra tenía los brazos hacia adelante en paralelo con las palmas hacia arriba, ambas estatuas por detrás tenían como un lomo y al final una larga cola enroscada que acababa en aleta.


- ¿Y si montamos a caballito de esos peces con forma de señora que están en la puerta esa tan grande? - dijo Susanita saltando desde el banco de piedra y empezando a correr hacia la gran casa.


Pedrito se quedó mirando al enrejado, no veía por ningún lado esas señoras, tan solo detrás de la reja vio a una extraña mujer y a un niño que miraban fijamente a Susanita correr con gracia hacia ellos.


- ¡Susi, no vayas, son malos! – dijo sin saber muy bien el porqué de esa advertencia, entonces, Juanito se puso en pie sobre el banco de piedra, algo le impulsaba a hacerlo, levantó los brazos y comenzó a decir en voz baja cosas en un idioma extraño que Pedrito no entendía, repitiendo lo mismo una y otra vez, en voz muy bajita,  le miró de nuevo a la cara y los ojos de Juanito estaban en blanco mientras comenzaba a orinarse encima, a Pedrito le entró mucho miedo y salió corriendo hacia la terraza en busca de sus padres.


Susanita corría entre las personas que atestaban la plaza y vio que ahora las dos sirenas tenían los dos brazos medio abiertos como para recibirla en un cálido abrazo, sus colas ahora estaban más altas, tiesas, moría por abrazarse a ellas, sentía su calor de madres divinas, “hija del agua ven a nos” oía dentro de su cabeza, sentía un impulso irresistible hacia ellas.

 

Pedrito mientras tanto corría despavorido, volvió a girar la cara y mirar a Juanito que se encontraba en el mismo sitio con los brazos extendidos, le pareció incluso que  los pies de su amigo  no tocaban el banco y al fondo observo que su querida amiga Susi  llegaba corriendo a la casa, paró y la mujer le abrió la gran cancela, Pedro volvió la cara y siguió corriendo despavorido ¡mamá!, ¡mamá!, ¡tengo miedo!, entonces la madre de Susana instintivamente sin saber por qué se levantó bruscamente de la mesa y lo vio todo perfectamente.


Su hija corría hacia la casa de las Sirenas muy deprisa, pasó las protecciones de piedra de la calzada y un taxi se la llevó por delante… hubo gritos en la plaza y la gente comenzó a dirigirse hacia la niña, unos policías de la comisaría cercana comenzaron a correr hacia la zona, los padres de Pedro abrazaron a un niño histérico que no paraba de llorar, los padres de Juan en unos segundos que les parecieron siglos encontraron a Juan inconsciente encima del banco y los padres de Susana lloraron desconsoladamente la muerte de su pequeña hija cerca de los hierros de la gran mansión…

 

Perséfone, guardiana y sacerdotisa mayor de las puertas del otro mundo, cogió a su infante de una mano y a Susana de la otra, miraron los tres a través del herraje de la puerta observando una vacía Alameda, allí estaba la madre y el padre de Susana llorando desconsoladamente ante un pequeño nicho, rodeados de la fría niebla de un gran pantanal, detrás de ellos el gran río…


-Dile algo a tus padres Susana, tenemos que entrar en casa, las diosas del agua nos reclaman.


-Mamá, los viejos dioses oyeron vuestros cánticos y aceptan mi sacrificio en honor a ellos y a su reino del manantial sagrado, me convertiré en ninfa y velaré por recuperar las posesiones robadas a las bravas aguas que nacían en este lugar. 

 

Y entraron en la casa despacio, sin ruidos, mientras un vigilante dormía en la entrada ajeno al paso de una diosa menor.

 

MORALEJA

No banalicéis sobre el lado oscuro del hombre, no juguéis a entrar en el inframundo, no invoquéis a fuerzas oscuras y desconocidas pues estas duermen muy tranquilas en su morada y el precio por invocarlas es trágico e infinito y la deuda a pagar será la carne de vuestra carne, el más grande de los sacrificios que unos padres pueden hacer.


Susana es ahora la nueva sirena de las puertas del extraño reino del Guadalquivir, tierra de diosas y misterios.


viernes, 1 de noviembre de 2019

LA MUJER LIBRE



Eva Hernández vivía en su pequeño y decadente piso en el centro de la ciudad, viuda y sola, su marido falleció y no tenía hijos para consolar su soledad, tampoco tenía criadas que la limpiaran la casa porque su alto nivel de vida finalizó con la dolorosa y lenta muerte de su amado marido y una precaria pensión hacía que su día a día fuera bastante ajustado.
Para olvidar y saborear otras épocas poco a poco se desprendía de recuerdos de toda la vida, cuadros, plata, porcelanas… cuando recibía el dinero, ese día se iba a un buen restaurante comía y bebía como una reina, como hacía antaño, en definitiva, le hacía más fácil el vivir.
Se subió a la butaca Luis XV, alargó sus brazos y cogió de encima del mueble del salón  un extraña mascara de Jade, con ojos blancos, pupila negra y múltiples cuentas también en jade, bajó y posó sus posaderas donde hasta hace nada estaban sus pies, se quedó fijamente mirando la figura, se colocó las gafas en la punta de la nariz y quedo hipnotizada de una brutal belleza.
- ¿Azteca? ¿Maya?- Dijo en voz baja – recuerdo que esta figura se encontraba en una pequeña repisa que había en la casa de la tía  Agustina, era extraño, estaba muy cerca del pequeño oratorio donde rezaba, próxima a las estampitas de mil santos que tenía, muy cerca pero a la vez muy distante, sola, de cara al crucifijo de Jesús.  Mi tía Agustina la que se exilió en México y apenas la conocimos, vino a morir a España sin apenas nada… A este elemento decorativo nunca le prestamos mayor atención, era de una belleza sobrecogedora y por tanto siempre la teníamos en lo alto de cualquier mueble, evitaban su inquietante mirada – se levantó y le quitó el polvo que la cubría.
 – Voy a venderla - Recordó que un día un pintor con rasgos americanos, menudo en altura, mientras pintaba la casa quedó petrificado al ver la máscara, al acabar el trabajo el señor no aceptó dinero de ella, tan solo le dijo muy solemnemente que en el momento que se quisiera desprender de la figura le pagaría una gran suma de dinero…
-La máscara es maciza, pesa -  la tocó de nuevo y en ese momento…
Fue entonces cuando Antonio apareció como en un sueño varado en una extraña barca en un río de sangre, multitud de perros a lo lejos no paraba de ladrar ferozmente y entonces le fue mostrado lo que realmente pensaba de ella, Antonio amaba a su madre, ella no significaba nada para él y a la muerte de su madre se quedo con ella por el dinero, no le amaba y tuvo múltiples amantes…
Eva se reincorporó medio desfallecida de la butaca, soltó la máscara y miró al retrato de Antonio, le había querido tanto… era frio, poco hablador,  religioso, siempre realizando obras caritativas, su mirada hacia el retrato era de cierta extrañeza, por un momento tuvo malos pensamientos, no entendía nada, ¿la edad le estaba empezando a afectar?, o ¿tal vez la máscara?…
Se fue al dormitorio y comenzó a arreglarse, hoy de nuevo comería como antaño, mientras se pintaba ella y la máscara se miraron y sin saber porqué acercó la mano  y lentamente la levantó, no pasó nada, desvió la mirada y se miró al espejo y allí estaba Antonio, detrás de ella con los ojos negros como el carbón y con cara de sufrimiento infinito, extendió los brazos hacia ella  le dijo…
-Siempre te vi como una loca, como a tu madre, las dos erais para mi insoportables, pero ella tenía el dinero y de vez en cuando se me insinuaba y yo la daba placer  –Antonio  continuaba suplicante, como implorando perdón– Perdóname mi amor, no te he querido nunca, me parecías patética, estaba contigo por tu dinero, perdóname te lo ruego, estaba tan equivocado, ahora me doy cuenta – Eva dejó con lentitud la figura encima del tocador, cogió un pequeño pañuelo secándose las lágrimas y siguió arreglándose, mientras acababa de pintarse miró hacia atrás y nada había ya, miró a los ojos de la estatuilla y se sonrieron con complicidad.
Se sentó tras la mejor mesa que había en el restaurante, 5.000 € por el Tótem daba para unas cuantas  excelentes comidas, el metre sirvió a Eva una copa del mejor champagne del restaurante  e hizo un brindis a sí misma y comenzó a reír, la deidad le había mostrado el alma en pena de su marido y era ahora el momento de la venganza, su sufrimiento se iba a duplicar con su verdad...
¡Ay! mi Antonio que no tuviste descendencia porque yo hice muchas veces por no darte nada, ¡ay! mi Antonio que te ibas con mujeres de mala vida y tenias tus amantes mientras yo era peor que todas ellas, en tus ausencias probé las mieles de mil hombres, algunos grandes amigos tuyos, algunos familia tuya y tu ingenuo que creías que me engañabas. ¡Ay! mi Antonio que cada vez que me ponías la mano encima para poder tener descendencia yo te maldecía y mataba tus semillas, y ahí en el nicho donde yaces los que te acompañan son los restos de tus hijos que aborté para no darte lo que tanto anhelabas, ahora ya puedes  cuidarlos y esperar a que te den esos nietos que tanto deseabas…. Descendencia muerta como tú.
Y Eva cenó excelentemente marchando contenta y tranquila hacia su casa, el Dios regresaba de nuevo a su tierra y a cambio éste le había enseñado como Antonio sufría en los infiernos de Mictlan, ella sabía que también acabaría allí, pero mientras tanto era tan feliz…


domingo, 27 de octubre de 2019

UNA HORA MENOS

Chronos esperando en el cementerio



Cruza los brazos Chronos
riéndose sin que se escuche,
pues el hombre, 
como siempre, minúsculo,
lo ha vuelto a intentar,
cambiar lo imposible
parar lo inevitable,
porque el tiempo es el mismo
y no hay nada que lo pare,
es caída libre
en un agujero sin fondo.

Hoy el poder nos ha dicho
que hay una hora menos
y es una cruel mentira,
porque todo es lo mismo,
seguimos cayendo,
ni mas despacio,
ni mas deprisa,
nada se permuta,
nada cambia,
continua todo
al mismo ritmo,
me lo ha dicho Ananke
creadora junto con Chronos
del imperturbable universo.

Somos seres ridículos,
por querer cambiar una hora,
de un tiempo infinito.

domingo, 20 de octubre de 2019

ZANAHORIA

Mark Ryden - Nacimiento


Nevera, preludio de un frío reposo,
de ahí saco la zanahoria
tumbada en su fría sepultura
de un bello naranja y forma irregular,
color antinatural
del chaleco de emergencias,
del camión de la basura,
bello color degradado
a tan solo llamar la atención
del hombre despistado.

Como azteca en un sacrificio
te quito la piel sin piedad
te corto en pequeños trozos
con mi afilado cuchillo de cocina,
concentrado en mis problemas
alerta en no descuartizarme a mí mismo
como la cruel venganza de un verduricidio.

Somos zanahorias de la vida
de un color piel mortecino,
con el don del movimiento
con el poder de nuestras mentes,
cíclopes tristes pues sabemos el final
de la alegre zanahoria,
que después de tiempo creciendo
acaba en una triste cámara fría
para finalmente ser cocinada
y lentamente ser digerida,
abono de otras verduras
como nosotros los humanos
somos zanahorias andantes.

Corre hortaliza cantosa
por el inmenso campo,
juega a que no te coja el nabo,
a esconderte de la verde lechuga,
disfrutando de tu corta vida
judías, puerros y cebollas,
creciendo en la dulce tierra,
hasta que llegue el hombre
y te arranque del rico suelo,
acabando con tu existencia
¡oh zanahoria divina!,
te canto con desconsuelo,
es una oda al naranja
rica y bella fruta
del árbol de nuestra vida
que destripo todos los días.

domingo, 13 de octubre de 2019

LA FAMILIA - LOS PADRES BUENOS

Kmberggren


Son el inicio de todo, la creación emana de ellos,
dioses que nos dan vida, dioses que nos idolatran,
nos cuidan, nos aman, se ven reflejados en nosotros,
ellos son nuestra luz de guía, nosotros somos su esperanza.

En el crecer está el querer, avanzamos porque nos empujan,
crecemos bajo sus alas, nos sentimos bien, protegidos,
aprendemos de sus enseñanzas, de sus caricias, de su amor,
nos arropan en las largas noches, están ahí vigilantes.

Y pasan los años y la relación coge forma, es especial, única,
es el hablarse con la mirada, mirarse aunque no nos veamos,
estar ahí perennes, como un viejo árbol, bajo su sombra,
es parte de ti, sois constelación, estrellas siempre unidas.

Y todo acaba porque todo tiene un fin,
quedas solo sin tus fieles acompañantes,
y triste te alegras pues eres su esencia,
y ellos siguen en ti, porque eres parte de ellos.


UNA NUEVA MUJER

Christian Schloe - Alas de mujer



Y una lágrima pura recorre su mejilla,
es un adiós definitivo a su infancia.
es una amarga sensación de tristeza,
en el andén de la vida, un día se va la adolescencia.

Y recuerdas lo cálida que era tu casa,
lo bien que se estaba en tu mundo,
jugando con tu dulce hermana,
tu rico plato de lentejas, tu tableta de chocolate.

Y respiras una vez más y coges fuerzas,
saltas al aire y despliegas tus alas
y vuelas bajo, rondando tu casa,
pues sabes que ya queda muy poco,
para dar un gran paso,
el de ser una mujer adulta…


domingo, 6 de octubre de 2019

EL VASO AZUL



Allá en el fondo del armario descubrí por casualidad un vaso de vidrio antiguo, lo saqué de las tinieblas de mis recuerdos y allí estaba mi abuelo bebiendo de ese mismo vaso, vidrio soplado azulado, yo en su regazo le miraba, “era un gigante saciando su sed” pensaba mientras los rayos de sol que atravesaban el cristal reflejaban en mi rostro miles de luces azules, entonces mi abuelo, dejaba con violencia el vaso encima de la mesa y me decía:

- niño, no hay nada como el agua fresca bebida en un buen y grueso vaso de cristal, este que ves era del padre de mi padre que lo había heredado del abuelo de su abuelo – me decía mientras me quedaba embobado mirando a ese vaso que en aquella época me parecía casi una jarra interminable. Entonces, me abrazó con fuerza…

Estuve en la mesa de la cocina el resto de la tarde observando y tocando ese bello vaso, observé como la luz atravesaba sus entrañas y era dirigida por toda la instancia en diferentes tonalidades de azules, azules verdosos e incluso en verde…

Mis labios en el frío cristal,
allá donde posó la carne de mis antepasados,
mi piel contra la piel muerta del que ya no está,
mis labios besando a los difuntos que dejaron su huella,
noto su calidez impregnando el borde romo del vaso.

Abro mis ojos y todo se distorsiona,
lo grande es chico, lo pequeño diminuto,
donde debería haber una pared, hay una ventana
y veo a mi bisabuelo que no conocí bebiendo,
donde no debía estar me veo, pues yo bebo del vaso
y me observo por la base del recipiente,
muerto, ido, vaso vacío y al otro lado
bebiendo del vaso mi no nacido bisnieto,
me asusto y dejo de beber el agua que no hay,
he visto a través del vaso que hay otra realidad,
he abierto la puerta hacia otro mundo
he visto el pasado y el futuro,
vaso de cristal antiguo
te he dejado, donde hace un rato te he cogido.

No quiero sentir tu tacto, tu presencia,
te he vuelto a esconder al fondo,
solo quiero salir huyendo de la cocina,
pues he visto que no estoy vivo,
he visto que todo es mentira
pues realmente mi abuelo aquel día enloqueció
no me abrazo,
me partió el cuello,
lo he visto a través del vaso,
mis otros ojos ajenos,
el mismo vaso que besó mi abuelo,
abriendo las puertas del averno
donde moro sin saberlo.


EL POPULISMO