martes, 31 de diciembre de 2019

VENTE A 2020

Daron Mouradian - pesca



Retuerzo el anzuelo del paso del tiempo
y observo que cruzo el ojal y la cuerda no puede,
pues la punta punzante me observa desafiante
y temo que entre en mi boca y me pesque a mí mismo.

Observo que acaba este loco decenio
termina otro año, comienza de nuevo,
ya nada es igual y todo es lo mismo,
los años empiezan por diez y ahora por veinte.

Bebamos y brindemos por la banalidad del tiempo
pues traspasamos la frontera de otros diez cortos años
y todo el tiempo pasado y la magnitud de un tiempo futuro,
hace que ya no distinga la siguiente aduana
o simplemente no llegue, nunca la vea.

Y pesco palabras mientras escribo
que no quiero decir lo que he dicho
pues nunca he pescado ni he usado hilo
que me dejo llevar por la fluidez del tiempo
y entro en silencio escribiendo en este 2020,
repito vente, vente, entra conmigo al nuevo decenio.


sábado, 28 de diciembre de 2019

TRISTE TURISTA

Turistas perdidos en si mismos

Huimos de todo, de nosotros mismos,

ganado aéreo se queda sin pastos

manadas de zombis en busca de nada

pues lo que quieren realmente no existe.

 

Masas oriundas de ningún otro sitio,

estampida humana, sedición de gente foránea

que entra a tropel en las grandes urbes

y las convierte en tristes parques temáticos,

visitan monumentos como el que va en metro,

no guardan las costumbres ni el respeto,

echando a sus habitantes genuinos,

creando grandes escenarios,

sin sus desaparecidos vecinos,

las calles sin realmente transeúntes,

lleno de gente tirando de maletas,

usando las aceras como sillas,

comiendo tristes bocadillos,

como si fueran pobres.

 

Ya no hay vecinos y el cáncer se extiende

y las tiendas de antaño que daban vida al barrio

también desaparecen, se esfuman,

ya no hay tenderos, ni ferreteros

los establecimientos de mi infancia,

solo hay franquicias que todo lo pueden,

es igual comer en Sevilla que en Nueva York,

indiferente comprarte unos zapatos en Lisboa o Paris,

todo es lo mismo en diferentes lugares,

huimos sin saberlo a nuestra propia casa.

 

Buscamos comer lo de siempre, lo de nuestro país,

cuando teóricamente hemos ido a conocer otra gente

absurdo al cuadrado, la superficialidad al máximo exponente,

por el estómago conoceréis que piensan otros,

pero realmente no quieren saber, solo huyen,

buscan a miles de kilómetros lo que comen a diario.

 

El turismo, la dulce muerte de lo auténtico,

la peste social que todo destruye,

que convierte al autóctono en un avaro

pues la manada trae dinero que todo lo pudre

y el que tiene un piso echa a su inquilino,

ese que vivía y daba vida al barrio,

que compraba al ferretero, al tendero,

al del restaurante, a los genuinos.



El propietario en afán de sacar dinero

alquila el piso por días

pues al ilustre turista le cobra el doble

y a éste le importa un bledo

pues mañana estará en su casa,

y el nativo que se aguante

él ya ha pagado su impuesto

por ir al medio del desierto

pues realmente nadie de allí había

tan solo la miseria de distorsionar los precios.



Ahora solo quedan pisos pateras,

llenos de turistas inquietos,

de inmigrantes legales como el oro,

ahora solo hay locales vacíos,

chinos que se buscan la vida,

esclavos franquiciados,

tienda de souvenirs sin gracia,

hamburguesas, pizzas y paellas congeladas.



Y al final el autóctono vive en la periferia

convirtiéndose sin quererlo en lo genuino,

ya la gente no va al centro,

representación cutre de sus recuerdos.



Hasta que llegue un día que la marabunta se dé cuenta

y entonces comiencen a visitar el extrarradio

los polígonos, los pueblos feos,

y entonces el autóctono y lo genuino desaparezca

y todos seamos abducidos,

todos seamos tristes turistas.



AMÉN

 


domingo, 22 de diciembre de 2019

FELIZ YULE, FELIZ NAVIDAD




Y allá en lo más alto del monte
donde termina el bosque
y empiezan las rocas hasta la cima
se encuentra un gran abeto,
no tiene bolas de cristal
no tiene bonito espumillón
no tiene luces que le iluminen,
tan solo es un árbol
que baila al son del viento,
su copa besa el cielo,
sus raíces entran en el infierno,
árbol teatro de nuestra vida,
escenario de la gran naturaleza
que nos da sombra y cobijo,
que nos da calor en invierno,
morada de dioses buenos
y del diablo al mismo tiempo.

Solsticio de invierno
donde manda la noche
y comienza la lucha
por días sin lluvia,
por días de calor,
estar a la sombra de una parra
bajo los efluvios del vino,
por eso adoramos al árbol
y creemos en el dios Frey
que con su espada de fuego
su ímpetu y su virilidad
nos llevará por buen camino
hacia un eterno verano
lleno de paz, sexo y placer.

Por eso mi árbol este año
tiene bolas de cristal,
un bonito espumillón
y una estrella que le guíe,
luces que iluminen
su camino divino,
todo ello en rico oro
color de Gullinbursti,
cerdo que guía a Frey,
y en agradecimiento
este me dejará bajo el árbol
pequeños presentes
y un intrigante mapa
de miles de aventuras
de alegrías y tristezas
que tal vez me enseñe
el mejor camino posible
para la década del veinte.

Por eso, desde mi humilde morada,
en esta fiesta de la familia
cenando todos junto al árbol,
buscando su abrigo y protección
deseándoos un feliz Yule
época del año
donde el sol vence a las tinieblas,
y donde Jesús nació
por eso os digo
Feliz Navidad.







domingo, 15 de diciembre de 2019

NO LEER NADA

San Marcos y el ojo -  Artur Wolfordt

Leerte que te leo como una loa tranquila,
pensar que te pienso mientras veo lo que escribes,
sentir lo que sientes mientras lees mis pensamientos,
estar junto a mí sin tan siquiera conocernos, sin tocarnos,
dimensión paralela de un espacio tiempo.

Te observo mientras que intentas entender este galimatías
y lo que no comprendes lo vuelves a leer, lo intentas asimilar
y si no lo entiendes simplemente lo digieres como un sin sentido,
algo absurdo, surrealista y banal, es entonces cuando piensas
¿qué hago yo leyendo una loa a la calma de alguien que no conozco,
de alguien que tal vez ni exista?

O tal vez sea un canto al viento
y no haya nadie leyendo
pues no hay nada escrito
y todo sea mentira,
que tú y yo no estemos
que no haya nada pues no puedo,
la nada no escribe versos,
es entonces cuando te das cuenta
que nunca me has leído pues en realidad no existes
y tus ojos y mis manos un simple misterio
un acto de fe
que seamos simples sueños
en un cruce de caminos
unidos por este escrito.

domingo, 8 de diciembre de 2019

ENVENENADO AZUCARILLO

Ríete tonto - Jacob Cornelisz 


Descuida lo nunca visto pues no existe,
abandona los malos recuerdos, olvídalos,
no anheles las experiencias que no tuviste,
despídete de tu musa, bello sueño.

El largo caminar te ha henchido de llagas,
es el desgaste de acariciar tu destino,
la sutil tortura de muchas decisiones,
reguero de sangre y penas, lo recorrido.

Duro ascenso, indescifrable, sin sentido,  
y ahora, el descender por la vida,
pasa el tiempo y observamos el cielo,
caemos en un vil espejismo del tiempo,
no miremos al suelo, se acaba el camino.

Desaparezcamos como por arte de magia,
sobreviviremos en los que nos aman,
perduraremos en sitios insospechados,
nos disolveremos en un todo,
como dulce y envenenado azucarillo…



domingo, 1 de diciembre de 2019

PLATOS ROTOS



Platos rotos de buena artesanía,
resquebrajados de lado a lado,
se arreglan con esmero,
esperando el alimento.

Platos rotos son corazones,
partidos por la mitad,
sin sangre que bombear
a un estómago vacío.

Platos rotos nuestra mente,
que no desfallece y nos da esperanza,
que convierte la miseria en un festín,
del nada que llevar a la boca.

Platos rotos es seguir luchando,
por dura que sea la vida,
comer en tus rotas manos,
vajilla antigua de porcelana fina.


EL POPULISMO