Amanece y todo es oscuro,
hay un eclipse en el astro sol,
calor, abrazos, amarillo y luz
comidos por un agujero de odio negro.
Renace de lo
más profundo,
hondo,
oscuro, grave,
que se
expande y se dilata,
como un cáncer maligno.
Absurdas son
sus sacras metas,
escritos en
sucio lodo
tren rumbo
hacia la vía muerta,
juego donde la vida no vale nada.
Vulvas
cosidas en basta cuerda azul
sin ninguna
condescendencia,
son como
erizos de mar sin ojos
ocultas bajo
un telar de miedo.
Libro verde
lleno de puertas,
esquinas,
callejones y reglas
que abren
puertas a la muerte,
a un absurdo y podrido paraíso.
Desierto
indómito sin nada
montañas
frías, escarpadas,
vacías por
mentes enfermas
llenas de
cuajada sangre.
Es el
progreso y la libertad
el gran
enemigo del ser humano,
pues
necesita ser dominado
por envidiosos y perversos dioses.
Muerte al
hombre,
donde no hay
mujeres
ni huérfanos, ni hijos,
por esas barbas
negras
donde Satán
reina
y es grande.