sábado, 27 de octubre de 2018

LA PUPILA DE DIABLO




Tengo una casa divina bien decorada,
gran salón, cocina, alacena y varios baños
muchos dormitorios, vestidores y hasta un piano,
jardines, piscina, setos y árboles,
es mi gran orgullo y la envidia de todos.

La casa está vertebrada por un gran pasillo central,
autopista del devenir diario comunica todo con todo,
la gula, el sexo, nuestras necesidades primarias,
el descanso, el entretenimiento, todo pasa por aquí,
lugar de encuentro de paso, camino de Santiago.

Y un buen día reparé que al fondo del pasillo,
en la gran pared blanca había un negro agujero,
desde entonces cada vez que paso de estancia en estancia
noto que esa peca oscura me mira, me observa,
al principio me hacia el loco, no miraba,
pero últimamente me obsesiona y la temo.

Sé que mira con lascivia a mi mujer y mis hijas
sé que observa la estancia vacía a la espera de presas,
cuando vienen invitados los otea como gran cazador,
no me siento seguro, me aterra  su silencio,
su pequeño tamaño lo hace grande, como mi miedo.

Me he acercado varias veces al solitario punto negro,
pero no puedo, me aterra, siento que detrás de esa infamia,
hay algo maligno, tenebroso, inmenso, terrible,
no quiero mirar allí y está en todos lados,
sé que me fisga, me contempla, me divisa, me acecha,
no estoy loco ni enajenado, solo pienso en protegernos.

Mi familia me ha dejado, mi casa descuidada,
he cogido una silla, un arma y me he sentado en frente
y con mis ojos inyectados en sangre vigilo la infamia,
no es obsesión ni locura, no son fiebres ni delirios,
vigilo  que no se haga más grande,  sé que soy el guardián,
el centinela de las puertas del inframundo de Hades.

La casa se vendió rápido, un buen precio tapa heridas,
se hizo una gran reforma, paredes blancas desnudas,
suelos brillantes y relucientes, ventanas llenas de luz
y  en medio ese gran pasillo lleno de puertas a los lados
y al fondo pared blanca y justo en medio omnipresente
un agujero negro...

la pupila del diablo.




domingo, 21 de octubre de 2018

DEJATE VER DE VEZ EN CUANDO

Joan Crawford 1959 - foto Eve Arnold


De lo que ves, opinas lo contrario cuando no te ven
y es que no ser visto te hace  ser otra persona,
no es lo mismo que tu sepas lo que yo se,
a que mi yo verdadero sea lo contrario a lo que es,
nadie sabe realmente quien es quien
pues en  el laberinto de las relaciones
hay desvíos trágicos que conducen a ningún lugar,
hay caminos ciegos, que mueren en un muro,
hay senderos que llevan al principio una y otra vez,
no busques fuera la salida, está dentro de ti.

¿somos realmente lo que parecemos  ser?
en el devenir del día a día como un ritual sagrado
nos acicalamos y salimos al mundo con cierto parecido,
gran obra de teatro que como una maldición
se representa a diario en un gran escenario,
es como una antigua tragedia clásica
somos  Minotauro en el laberinto preso  en su palacio,
comiéndonos a los infortunados perdidos por sus pasillos,
haciéndonos poco a poco más salvajes, incontrolados,
por eso nos engalanamos para no ser reconocidos,
para ser otras personas que aparenten lo contrario,
que no se parezca en nada a la que vemos a diario,
a la que miramos por la mañana en nuestro espejo.

Y es el tiempo que nos desmaquilla y nos desnuda
el crédito que teníamos se acaba
ya no podemos seguir siendo otros
ninguna representación es eterna ni tan siquiera infinita,
Cronos nos deja limpios, arrugados  y riéndose de nosotros
nos disfraza a todos iguales  dejamos de ser visibles
pasamos a ser iguales, uniforme de gala
nos convertimos en personas mayores, viejos.

Seamos nosotros mismos, la función es corta
y el final siempre el  mismo,
déjate ver de vez en cuando …


sábado, 13 de octubre de 2018

EL ARBOL PODRIDO



El árbol está yermo, muerto en vida,
raíces egoístas que solo buscan  su sustento,
que te enredan, atormentan y te hacen caer,
tronco retorcido lleno de heridas
sin savia, sin hojas, sin sombra,
que te deja siempre a la intemperie…

Ahí estas solitario, has secado el arroyo,
has ahogado la hierba, ahuyentando la vida,
creando retoños vacíos, desprotegidos,
haciéndonos débiles, inseguros, egoístas,
luchando por tu sombra, por tus brazos,
solo quieren que les quieran, árbol podrido.

El daño está hecho, eres todo miseria,
tus vástagos hartos de recibir la nada
huyen despavoridos, llenos de miedos
dejándote solo, sin tú darte cuenta, desprotegido
y tu no lo sabes pero estás carcomido
por miles de insectos que eres tu mismo.

Y el árbol ya seco, implora clemencia,
el frío ulular del viento su triste respuesta,
nunca has dado frutos, no has dado sombra,
y ahora en el lecho de muerte, mientras te rompes,
te das cuenta que no sirves para nada
ni para un triste fuego, ni para una fría hoguera…


sábado, 6 de octubre de 2018

QUINCUAGÉSIMO CUATRO (54 PARA LOS AMIGOS)

el año de la juerga eterna


No tengo yo la culpa de llegar al cincuenta y cuatro
ni Nerón el emperador dar comienzo su mandato,
es el limbo de los números, ya has sido y pronto serás,
una edad extraña, con mucho hacia atrás donde mirar
y eso te da vértigo, todo no para de crecer y uno, ¡coño!, también.

Uno cumple por cumplir, hay que complacer y ser cumplido
pero de verdad de la verdadera, paremos de complacencias
que se detenga el tiempo y pueda yo adoptar este año como bueno
cincuenta y cuatro, cincuenta y cuatro, cincuenta y cuatro,
y así sucesivamente o también pudiera ser mejor
¡descumplamos todos los años!

Y si el cíclope como ser mitológico fue castigado por los dioses
al querer conocer el futuro, deseo cumplido, solo  veían el día de su muerte,
yo propongo el hacer un feliz viaje de retorno de dulce final,
volveríamos hacia atrás, siendo cada vez más jóvenes y hermosos
y finalmente moriríamos al nacer y habríamos vivido el doble.

Es lo que tiene el cincuenta y cuatro que te hace divagar,
me hace ser un poco mas absurdo….

EL POPULISMO