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| Naoto Hattori - el ojo |
No vislumbro,
pues no tengo ojos,
cuencas profundas
y vacías,
sin pupilas,
iris, ni bello arcoíris,
océanos de lágrimas
secas en el desierto,
cataratas de
colirio donde surfea mi ceguera.
Pupilas
dilatadas, como el amor que os proceso,
ese que no
supe nunca cantaros, ni deciros,
secreto que
escondía a voces, en silencio,
autismo y podredumbre,
el castigo de no teneros,
no os veo,
simplemente he vivido entre tinieblas.
¿Dónde están
mis ojos?, corazón que no palpita,
he cultivado
un campo lleno de minas
y todas ellas
me han explotado y mutilado,
dolor sin
castigo, sufrimiento merecido,
herido de
muerte en mi estúpida guerra.
Por eso reposo
tranquilo, cuencas vacías de vida,
descanso del
guerrero solo, en el campo del olvido,
nada tengo
ya que ver, todo lo he perdido,
me he
quedado sin nada de lo que he querido,
vacíos mis ojos, sin iris, sin niñas…
¡Ciego!
