No hay
sensación más extraña y desconcertante
que sentir que por dentro no te puedes mover
estas preso de tus sentimientos, de tus emociones
es como si estuviéramos cruelmente envasados al vacío.
Y a ahí te encuentras tú rodeado de trigo, amarillo tus campos,
de carne de un cerdo, sacrificado para saciar tus ansiedades,
resbaladizas aceitunas verdes y sus mares de miles de olivos
puro sentimiento sentirte como bocadillo de sabrosa mortadela.
Ves el exterior pues todo lo que te rodea es plástico transparente
y ahí ves tu vida pasar, sin nada que poder hacer, sin opciones,
tal vez los que te rodean se atrevan a rasgar el film
y se te coman indecentemente o te tiren directamente a la basura.
Por eso me he sublevado a la tiranía de una merienda fría,
he intento escabullirme todos los días de este corsé que me oprime
saliendo a la calle y ofreciendo mi comida, para poder matar el hambre,
soltando al porcino, regando al árbol, trigo oro meciéndose al aire.
Plásticos que se rasgan y que al revés de lo que se piensa cierran heridas
te has conservado bien pues no te ha dado el aire, vientos de libertad,
y ahora te estiras, corres y ríes, se acabó la tiranía de uno mismo
corriendo por el trigal, durmiendo bajo el olivo, en libertad, por mí
camino.
Me ha encantado . Sólo usted , en su maravillosa y certera ironía , podría haberse puesto en el lugar de un cerdo , y ,encima , que resulte poético . Es usted un Grande ...
ResponderEliminarEl cerdo si que es grande, por hacernos compañía querido amigo
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