El ganador
ha vencido
pero no ha conseguido
lo que quería,
ganar.
El segundo
no será ya
el primero
y aunque no
parezca,
cree haber triunfado.
El que más
crece
ha ganado
amargo es el
éxito
del no
ganar.
Los que han caído
sobreviven con
pena
y es que
tener solo uno
es una gran victoria.
Los que miran
su ombligo
se hacen gigantes
en su
pequeño fuero,
esto es otro
ganar.
Es la
democracia
donde los políticos
ganan,
los
ciudadanos pierden
y todo sigue
igual
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