Sigo la alpargata de mi destino
la de suela plana y sin agarre,
la que me hará caer
por cualquier precipicio
o por un insulso pasillo,
necesito creer
que este calzado mío
no es evolución de mi pie
ni de su dura piel,
necesito saber
porque esa tela sintética
hecha en una provincia China
me lleva por el mal camino.
¿Dónde vivirá el artesano?
el que las hacia con esmero
de dulce y glorioso algodón
y duro espartano esparto,
telares de madera
que nos hicieron andar
volar sobre la tierra
de unos pies doloridos.
Ya no hay campo ni tierra
que pisen mis callos duros,
no existen manos laboriosas
que den alas a mis pies,
solo quedan humanos miopes
usando dedos para andar
en una resbaladiza pantalla
ya no corren juegan ni andan,
ya no hay manos divinas
son máquinas y frías IAS
pasillos metálicos que nos llevan
con estúpidas zapatillas,
artesano resucita del olvido
pregonero recita bien alto
busco la vieja sabiduría
para poder calzarme bien,
la que solo valía
para vivir la vida…
Eugenio Vaz-Serra
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