Busca el equilibrio, cultiva tu persona y tu espíritu,
que el dinero te acompañe como algo más en tu vida en su medida y sin mayor
importancia que la que tiene, haz que el bagaje de lo material no te impida
avanzar, volar…
Lo material que nada nos llena y todo lo ocupa, que
una vez ha satisfecho nuestras necesidades básicas se convierte en un veneno.
Lentes que magnifican lo insignificante, que despierta las envidias más
profundas, que te hace creer invencible, superior, inmortal.
Y encima que no te
engañen, el tenerlo abre tantas puertas como te las cierra y seguramente
cerrará las que quieres abiertas y abrirá las que te creen desconfianza, así de
caprichoso es el vil metal.
Si no lo tuviste y ahora lo adoras perderás a todos
aquellos que te acompañaron y que no pueden seguirte, tal vez porque ahora tú
te veas más que antes, tal vez porque te vean más pequeño que antes, tal vez
porque busques lo que crees que te corresponde y te lances como un demonio a lo
desconocido y dejes tu yo antiguo como un pellejo inútil siendo tu auténtica
piel…
y si siempre lo has tenido y te has entregado como
único camino y has dormido a los pies del altar de Mammon porque a él te debes entonces nada he de
decirte vivirás en un gueto de la abundancia y la superficialidad, vacío de
alma y sentimientos.
En fin, si has sucumbido al Dios Mammon según tus
“yoes” así actuará sobre ti, como droga ambigua y potente que es.
continuará el 12/2/2016
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