QUINCE AÑOS SON UNA ETERNIDAD

Y el viento que con fuerza recorre el tiempo hace que se estremezcan mis sensaciones, quince años de ausencia donde todo quedó detenido en mi mente, todo quedó inmóvil, petrificado, como en un sueño, envuelto en una neblina que se espesaba según pasaba el tiempo, que me borraba la memoria, que creaba distorsiones e irrealidades en mis recuerdos, ¿qué es la realidad?, ¿hoy o quince años atrás?

Y comienza el peregrinar por el túnel del tiempo, ya no eres aquel que viajaba por todas partes ni todos esos sitios son lo que eran, ¿dónde estoy?, ¿quién soy?, me repito una y cien veces, lo que veo no es lo que vi, lo que recuerdo no es igual a lo que veo, consecuencias previsibles y dolorosas. 

Dolor por la muerte de los que se han ido y que tú crees que están porque tu ausencia no sabe de la de ellos, tú crees que los vas a ver y sólo ves el dolor de los suyos y eso te crea desazón y pena. 

Extrañeza de aquellos que recuerdas más jóvenes y risueños, ahora son otros, iguales pero distintos, son los mismos, pero ya nada es igual, a la espalda de todos el tiempo y el devenir de la vida que nos ha hecho más rudos y esto te perturba y te encoge el alma. 

De los negocios, calles y sitios que ya no son, que ni existen, se han esfumado y que en tu mente continúan ahí y los quieres disfrutar, volver a ver, entrar de nuevo, pero en el mundo real ya no están y esto te frustra y te pierde. 

Y luego está uno mismo, que no eres el de antes, que en los mismos sitios y en las mismas situaciones eres un desconocido del que fue y no eres tú y no soy yo el que escribe. 

Quince años sin aparecer y ya no me reconozco, todo ha cambiado a mi alrededor, ya nada es igual, todo es lo mismo y ese viento huracanado que me hace pasar extraños momentos pues me empuja hacia adelante en el túnel del tiempo y yo no quiero avanzar pues lo que veo ahora siempre lo quiero recordar como lo que es y lo que fue 15 años atrás.