Viniste y te posaste en vuelo suave tal
pluma de ave,
silenciosa , misteriosa, tu mirada
hechizaba,
negro profundo, intenso, sobre
blanco puro,
sin pronunciar palabra tus ojos no paraban
de hablar.
Porte de reina sin reino y sin nada que
gobernar,
terrateniente de sus sentimientos y señora
de su lar,
cuidadosa de su imperio, amante de sus
sueños,
su casa ventanas abiertas al cielo,
puertas de cristal.
La alegría te ronda, la locura te susurra,
los sueños te buscan,
adoras a los que quieres y los envuelves
en la alegría de lo absurdo,
para el resto administras tu arte,
inyectas pasión, optimismo,
es difícil no verte pasar aunque nunca
hayas estado.
Por eso mi pequeña del alma, mi dulce
flor,
no eches freno a tus sueños,
despliega lentamente tus alas,
hasta que vueles tal águila
imperial.
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