Observaba
desde un planeta muerto de vida
a su
inmenso, frío y oscuro cielo,
vientos
rojos de su clima gélido
crepúsculo
difuso
ausencia de
luz clara y potente
y sus dos
hermosas lunas
vigilantes
en su silencio
gritaban
mudos sus misterios,
en lo alto de ese decorado
de estrellas infinitas.
Uno de ellos,
la
personificación del horror y el temor,
del estar
atrapado, del no poder regresar,
de morir en
la muerte.
El otro su
hermano pequeño
le persigue,
casi a su sombra,
la condena del ser el segundo
azuzando por ello, al terror de la batalla.
Miedos que me obsesionan,
del haberme equivocado
de no tomar la decisión correcta
de seguir al líder equivocado
del no estar donde debiera
del no poder volver a verte
por mi oscura ambición.
Marte yo en el,
solo sin ti, sin nadie,
primera
misión a lo absurdo
mirando a
los hijos de los dioses
Fobos y Deimos
y me dan miedo
no quiero fallecer
donde no crece nada,
quiero vivir la vida
y amarte bajo la luz de la luna
de mi maravilloso planeta
llamado tierra...
Hay que viajar al espacio .Hay que explorar nuevos mundos . Hay que vivir . Con sus miedos y sus sombras . Con sus sorpresas y premios . La vida es un viaje . Y todo viaje es un regalo de vida .
ResponderEliminartotalmente de acuerdo, aunque viajemos a nosotros mismos
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