Pregonero que
surges de la nada
que me
hablas a mí, sin conocerme,
que me
cuentas historias que me importan
que me dices
frases y te entiendo
que no
dependes de nadie,
libre
navegas por la red
observado por
millones de seres
que os
apoyan, que os siguen, que os cantan
en medio del
silencio de la oscuridad
cortando los
hilos de millones de marionetas,
seres invisibles,
silenciosos, que existen
y muy vivos
como vosotros.
Habéis corroído las bases del poderoso
del que nos comía
la cabeza
habéis destronado
al predicador de su trono,
púlpito sin obsoleto
y rancio orador
templos sin
feligreses
habéis hecho
una revolución,
sin guerras,
sin piedras, sin nadie, sin nada,
a través de
un pequeño agujero,
de un
inmenso tubo…
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