La representación de tu vida que has visto no te gusta
nada, huyes por la puerta de emergencia y entras de nuevo a la representación
de tu vida que no te gusta nada
Y ahí estás tú, te han colocado o ya has llegado a la
cima de lo material, no es malo, has triunfado, lo tienes todo, te sientas al
borde del abismo, solo muy solo y miras
hacia atrás y lo ves todo…
¿Qué tienes? nada, ¿Qué mas puedes obtener? nada,
¿Cuál es la recompensa? ninguna, observas la montaña hecha a base de cosas
materiales, inertes, muertas que no dan afecto, no dan calor, solo sirven para
acumularse unas encima de las otras sin orden ni concierto, todas carísimas,
brillantes como el tesoro de Aladino, todas dentro de tu segunda puerta al lado
de tu gran estatua, te miras desde abajo y te quedas petrificado, la estatua en
tu honor no eres tú, es Mammon que te mira sonriente y con esos ojos brutales
te dice: “ponte de rodillas, siervo, estas vacío”…
Y ves a todos los cadáveres que has dejado por el
camino, amigos, amores, familia, vendidos por tres míseras monedas, todos ellos
muy lejanos, todos ellos llamando a tu conciencia, escondidos porque es realmente
lo único que deseas y no tienes, porque es lo único que no se compra y anhelas
realmente, darías todo lo que tienes por ello, pero la paradoja es que no
tienes nada, estas vacío, emocionalmente, no aportas nada a nadie, tan solo a
los discípulos de Mammon pero a ellos no les interesas tu, solo quieren lo que
tu ahora mismo odias y has venerado toda tu vida.
Pero lo que más te amarga es todo el tiempo perdido
acumulando, robándoselo a mano armada a tus seres queridos, violando cada
segundo que pasabas bajo la vil estatua de tu ego, que oscuro y vacío es todo,
estas frente a tu primera puerta y ésta se abre y te enseña todas tus carencias
emocionales presas al fondo, con cara de pánico, llamándote a gritos y no
entiendes nada, te das la vuelta y saltas desde la cima de tu montaña al
inmenso vacío que hay al final del acantilado, te lanzas contra tus propias
miserias, para ahogarte en tu inmenso mar de lágrimas acumuladas a lo largo de
tu triste existencia…
FIN, NO TIENES NADA
Otra extraña historia el 9 de marzo sobre nuestros débiles
dominios personales
“aprendamos a hacernos respetar”
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