miércoles, 20 de julio de 2016

VIAJE A LA GRAN LISBOA


Alfandega, GNR de botas impolutas, gorra verde, ojos negros, sol a media altura, el naranja cobrizo tan único y portugués del atardecer, paisajes distintos árboles de “cortiza”… Elvas y su “pousada”, ambiente húmedo, acogedor, ese bar de media esquina ese Porto seco, “bacalhao a brass”, manos de cerdo “molotov”, pastelería celestial, habitaciones austeras de blanco impoluto, camas que abrazan y el amanecer luminoso, invade el cuarto a través de la ventana, bello, mágico...

Acueducto, después  vil carretera, canteras de Mármol Portugués, tráfico intenso atravesando los pueblos, gente mayor, gente curtida sentados a la vera del camino en pequeñas sillas sobre adoquines blancos, sobre adoquines negros, cien veces he pasado y allí siempre han estado… Día de mercado, muchedumbre, puestos de comida, mujeres cargadas invaden el camino como si nada pasara.

Piedra que divide la tierra en pequeñas parcelas, “Licor Beirao” escrito con cal en sitios imposibles y peculiares, pinos, eucaliptos, olor intenso y la mala carretera, conductores temerarios y de repente cruce extraño en medio de un pequeño bosque de eucaliptos, dos soberbias señales de piedra maciza en ambas letras negras hendidas con un texto simple y limpio “Lisboa”, bifurcación de caminos la misma distancia por distintos lugares y siempre la misma incógnita, ¿por dónde iríamos al mismo sitio?

Si vas por la izquierda el gran puente te abraza, gran vía moderna,  ambiente marino y el olor a mar, eres gaviota y entras por el cielo a esa bella ciudad de casas de colores, en ningún sitio del mundo puede haber una entrada igual, ni recibimiento tan magistral.

Si vas por la derecha el “Gado Bravo” te esperaba, salón con gran chimenea, almuerzo portugués con paté, aceitunas y queso en medio de la mesa, “canja”, “caldo verde”, “porco alentejana” y de beber  botella redonda sabor único “Laranjina” “C”, camareros de blanco…

Continuamos el viaje y el primero de los puentes que atravesó el “Tejo”, peaje austero con hombre ausente que te cobra “Escudos” en monedas el paso a otras orillas, autovía extraña, rodeada de vida, rodeada de anarquía, casas por allí y por aquí sin orden ni concierto, fábricas, tráfico intenso, puentes, casas, coches, río, humedad en el ambiente y al fondo Lisboa, su aeropuerto y el acceso directo a la “Praça” de Londres… mi segunda casa…

Que ganas tengo siempre de recordarte…


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