Orgulloso y
erguido
ahí estas
tú siempre
señalando al
vacío
en color de
bella plata.
Camino enroscado
directo busca
el cielo,
cabeza
pensante
por donde yo
te giro.
Entras sin
piedad
en el
hierro, la madera,
penetras en la débil
carne,
abriendo el
único camino.
Te compran
sin sentimiento,
te guardan
sin ningún respeto,
y allí yacéis
todos juntos
esperando hacer
la unión perfecta.
Alabado
seas o tú tornillo
símbolo fálico
por excelencia,
viola nuestras conciencias,
penitencia,
el dolor que generas.
Pongamos algo
tan grande
encima de
un gran altar
junto Whitworth
y Arquímedes
grandes dioses
de la ciencia…
A Javi y Fran, maestres tornilleros
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