LA AZOTEA

Azoteas - Romain Jacquet-Legrèze

Sudores fríos

desasosiego y angustia

vértigo a las alturas

de no creerme nada,

en este rellano

de un frio patíbulo

vacío, blanco, estéril

y esas escaleras

que suben solas

hacia ningún sitio

a donde no hay salida

a donde no hay nadie

hacia mis obsesiones

guillotina imaginaria.

 

Subo solemnemente

hacia las puertas del cielo

por el lado oscuro

de mis sentimientos

y meto la única llave

que me separa de Dios

ariete que rompe las puertas

desatada violencia

de ese sitio estéril

que me hace sentir 

la inmensidad del cielo.

 

Y ya el sol me deslumbra

estar cerca del creador me quema

y piso ese suelo yermo

donde nada crece

donde nunca hay nadie

donde uno solo

puede pensarlo todo

pues es el aire que corre

y recorre los recovecos

de esta cabeza mía vacía

de inocentes sentimientos.

 

Y veo las chimeneas

ahogadas en fríos alambres

que corren hacia ninguna parte

y me dan miedo por sus espinos

temo a que me rasguen,

me da pánico que se ice

en lo más alto del mástil

banderas al frio viento

y que mis malos espíritus

me encuentren

y me arrastren al averno.

 

Temo esas cuerdas

que me enreden, que me aten,

pues las veo asustado 

llenas de cadáveres

que se mueven charlatanes

a las órdenes del aire

llenas de afiladas pinzas

que les abre las carnes

y evitan que esos reos

sin cuerpos escapen.

 

En lo alto donde yo vivo

viven mis pesadillas

por eso no miro abajo, 

por eso no subo arriba

por eso anhelo el cielo

es volver por donde he venido

y caer a ninguna parte

o irme por otros sitios

directo al frío infierno

a esa liberación que temo 

a ese dolor que tengo

a ese caer despacio

a ese volar soñando

chocar en algo mullido

descansar de este largo viaje.