lunes, 6 de octubre de 2025

SIN MENSAJE

 


Siento que me pervierto

en la soledad de mi espíritu,

me acomplejo de lo que no siento

huyendo despavorido

de lo que no entiendo,

de lo absurdo de la existencia,

del dolor que emana el ser humano,

escucho ese silencio que me atrapa

que me enloquece pues es la nada,

conversaciones conmigo mismo

pues más allá no hay nadie,

vacía es entonces la conversación,

allí donde el arte emana,

inicio de un manantial absurdo.

 

Es un crecer hacia el cielo

con los brazos extendidos

alejándome del suelo,

altitud inimaginable

vértigo en el cuerpo,

pesadumbrez en el alma

que me hace flotar muy alto

hasta que no diviso a nadie

perfecta es su compañía.

 

Concluyo lo que no debí comenzar,

hablar de sentimientos

que escapan a mi conocimiento,

de ofrecer un sacrificio enorme

a un Dios que tal vez no exista

pero que me observa, que me habla,

que me cuesta entender,

pobre del escribano que le transcriba

sin haber tenido fe en el hombre

sin haber comprendido su mensaje.

 

 

 

 

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