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| Vlaho Buovac- Icaro sobre las rocas |
No tenía ojos
pues no quería ver
que la lengua le llegaba al suelo,
que con ella lamia al poder
y con ella fustigaba a los suyos,
domina de sus dominios,
en un reino yermo,
sin nadie en que mandar.
Quité a un Señor inútil
y en su lugar entrone
al bufón de una absurda corte,
patético y despreciable
servil y garrapata
verdugo de sus tropas,
puta del poder…
Pero un aciago día hubo una revolución,
te creías el más grande
pero realmente no eras nadie,
tan solo te mantenía el extinto poder
y caíste defenestrado
antes incluso que el propio Rey.
Creías que el mundo era tuyo
y todo era irreal,
arruinaste tu familia
acabando desterrado
lejos de tu bello mar,
unas sirenas pétreas
te volvieron a engañar
y te tienen esclavizado
en la dura mina de tu vida,
de la maldición de cavar y cavar,
de creer que habías encontrado oro
y no parabas de sangrar
pues el pico daba en tus huesos
no hay riquezas, ni poder,
en el morir en absoluta soledad.
Dedicado a Pedro P.
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