Ya me ha cogido el virus
con uno de sus cien cuernos,
ya me la ha metido doblada,
por fin he caído en la trampa,
lo que parecía un inocente globo
era simple y llanamente un arma
no de destrucción masiva
sino de las que ataca al alma
y te deja vacío de nada
pues no mata de golpe a cientos
ni mancha de sangre las calles
ni explota esparciendo miembros,
tan solo te deja en la cama
y dando gracias encima
por llevar dos banderillas.
Por eso escribo estos versos
a quien corresponda
pues así de simple es la vida,
siempre gana el que vence
para una sola corona,
la del virus si puede conmigo
o la mía que de momento
es simplemente
seguir viviendo.
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