Ser pequeño en la gran
representación que es la vida,
escenario solitario,
parquet de madera que acaricia tus pies,
y ahí estás tú,
escribiendo tu obra de teatro,
paisajes, personajes,
hechos, circunstancias,
entrelazándolos los unos
con los otros,
con sus aciertos, sus
errores, risas y llantos,
miles de papeles, ríos de
tinta, horas de escritura,
eres tú sobre el escenario
con la historia que has escrito.
Y el público, Dios
exigente, pues es partícipe de tu historia,
aplaude, abuchea, ríe,
llora y a veces silencio, la aprobación del alma,
las luces no te dejan ver
sus caras, pero sus ojos brillan,
resplandecen en la
oscuridad, agazapados, sentados esperando,
son animales de caza,
necesitan saciar su alma de tus sentimientos,
de vaciarte de contenido,
de saciar sus vidas con las tuyas.
Y en la parte más oscura
del teatro se encuentra el gallinero,
destierro del que sabe que
va a ver poco o nada
que aunque partícipe de
la obra de tu vida,
no formará parte en el
festín inicial de tu final,
ni en el final de tu
inicio que es el capitulo primero,
es la tristeza de vivir en
el gallinero de tu representación
que tendrás un papel
irrelevante en la obra, si acaso, líneas,
escasas letras en un denso
texto de avatares y desdichas.
Gallinero donde se sientan
los que en tu vida han sido intrascendentes,
donde reposan los que te
han hecho daño, allí los dejas morir,
dormidero de tu
sufrimiento, es la lejanía de tus dominios,
es la frontera de tu
mundo, allá a lo lejos, pero dentro de ti
conviven con los que no
les interesa tu obra, sobreviven en tu mente,
les mantienes vivos,
porque necesitas tener miedos,
ahí están tus enemigos,
los amores imposibles, las pasiones perdidas
y en lo más lejano, en la
parte más oscura, donde nada se ve,
se encuentran tus miedos
más profundos,
quienes realmente te han
hecho daño,
los que han abierto tus
heridas, la gallinaza de tu ser
y lo peor de esta historia
es que esos monstruos
los que se ocultan en esta
tremenda historia
suelen ser los que han
tenido papeles trascendentales en tu obra,
suelen ser puntales de tu
estructura hechos de papel,
son los cobardes que
siempre han estado en el gallinero
dando frío y sombras al
recinto, estiércol del alma,
pues solo les ha importado
ellos,
pues son protagonistas de
su propia obra,
monólogo del egoísmo.
Tu gallinero la fila primera de su
escenario…
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