París yace herido de muerte,
siente la sangre de sus
heridas,
no había batalla, ni
enemigos,
la noche estaba calma,
tranquila.
El Gran Café Chino esperaba su público,
reino de la diversión y puerta a otros mundos,
de fantasía, de vivir la vida, de amarse,
pero el vodevil y la comedia se ausentaron.
Soldados del mal afilaron sus armas,
reino de la diversión y puerta a otros mundos,
de fantasía, de vivir la vida, de amarse,
pero el vodevil y la comedia se ausentaron.
Soldados del mal afilaron sus armas,
mercenarios del odio abonaron mentiras,
cobardes deseando la
muerte
sus grandes pupilas les impulsaron.
Se debían a un extraño ser
sin reglas,
idolatraban la confusión y el
miedo
lavaban sus consciencias en
letrinas
buscando un paraíso que no
existe
pues polvo eran y polvo ahora son.
Y la diosa de los ojos brillantes, lloró,
Y la diosa de los ojos brillantes, lloró,
allá donde nació la libertad de
sus hijos,
allí donde la belleza se
materializó en ciudad,
herido quedó el corazón de Europa.
Libertad, igualdad y
fraternidad,
la sin razón nunca podrá
contigo
porque eres la cuna de un
continente,
duerme tranquila en tus sueños
acuna en tu reino, son tus hijos.
No sabía q todas estas reflexiones eran tuyas, me has dejado anodadado. Es increíble lo q escribes, lo que dices, lo claro y directo q te sale, tan profundo y tan blanco. Eugenio sigue así, eres un crack
ResponderEliminarGracias a mi amigo Eugenio he conocido esta ventana abierta para escribir palabras envueltas en sentimientos, catarsis de mi loca cabeza
ResponderEliminarlo has definido como lo siento, es una catarsis, un filtro de lo que observo, dentro de mi locura detecto cosas que nadie o muy pocos ven y como analfabeto de lo mundano y adorador de la lógica absurda debo plasmar para no reventar mis dudas que tan claras son.
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