Faro que todo iluminas, guía potente de los tuyos y referente por los
que navegábamos por el mar de la hoja, amiga y consejera, guerrillera en
cientos de batallas incluso en las perdidas, incluso en la pobres, incluso en
ninguna. Amiga ahora que abandonabas tu faro, el que tanto cuidaste, al que después de increíbles tormentas donde
todo alrededor quedaba destrozado por la olas y los restos que vomitaba el mar
y tú mantenías impoluto, reluciente… y es ahora que te ibas a dedicar a los
tuyos, a tu amado y empezabas un nuevo y hermoso camino hacia el interior de tu
ser, es ahora cuando de nuevo Caronte ha aparecido de repente, despacio silencioso
sin que nadie lo esperase y en su barca se ha montado tu amor, tranquilo, relajado, feliz por todo lo dejado y ha partido engullido de inmediato por la densa
niebla y tú que siempre estabas a su lado te sientes ahora más cerca de él que
nunca, aunque no hayas podido verle partir, aunque no hayas podido despedirte…
Y todos nos hemos quedado en esta orilla mirando al calmo mar y no
hemos entendido nada, no queremos aceptar nada, los tuyos han cantado odas a su ser querido y
todos como si hubiésemos visto a medusa nos hemos quedado petrificados de
emociones…
Por favor sigue esplendiendo, los tuyos lo necesitan ahora más que
nunca, los que te apreciamos necesitamos de tu luz, tu amor necesita ver desde
la lejana otra orilla que sigues ahí, potente, a su lado…
Dedicado a Ana…
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