lunes, 25 de enero de 2016

EL FINAL DEL TRAYECTO – LA VIA MUERTA – EL PRINCIPIO DEL FIN


Y ya estamos llegando al final del trayecto, la máquina poco a poco reduce su velocidad y tú ves sin ningún tipo de solución como todo poco a poco se acaba, miras hacia atrás y ves los vagones no con hileras de asientos sino con recuerdos, pequeños escenarios donde cómo no, eres el protagonista, algunas fundamentales, otras menos y algunas absurdas e imbéciles que no entiendes que pintan en tus recuerdos.

Miras al exterior, por el inmenso ventanal de tu existencia, si llueve te encantaría mojarte y dar patadas a los charcos como cuando eras niño, si hace sol pagarías lo que fuera por sentarte en un banco de un parque y que su luz te arropase, si nevase abrigarte y hacer bolas de nieve para tirárselas a todos lo que quieres y reíros juntos… en definitiva es el fin y tu ya no puedes disfrutar de esas pequeñas cosas que curiosamente es lo que más te gustaría en el mundo, te das cuenta que el vivir son miles de pequeñas cosas y seguramente las más importantes son las que menos caso les ha hecho, posiblemente habrás estado liado gran parte de tu vida en estupideces y lo peor de todo que has sido tú el que se ha liado solo y no has parado de echar la culpa a los demás, que equivocado  estabas y ahora no tiene ninguna solución.

Y es ahora que la primera puerta se abre y enciende las luces de su recinto y te adentras y empiezas a ver las cosas sin máscaras, empiezas a desnudarte de tus mentiras y empiezas a entender y a pedir perdón por los errores y las cosas malas que has hecho, te quitas tus traumas y complejos y los dejas ordenados en la primera estantería que es la única que está vacía, sonríes porque al fin de cuentas son cosas tuyas, apagas la luz y entonces cierras la puerta definitivamente.

Te acercas a la segunda puerta y ésta la abres tu, es un paraje ya desierto, abandonado, con tus estatuas en jardines asilvestrados, la gloria y la pompa de antaño convertidos en un recuerdo que se está borrando, la inmortalidad no existe y es un problema, el que lo ha conseguido todo lo va a perder todo y el que no ha conseguido nada se va sin nada, ironías, el maravilloso y brutal jardín de nuestro “yo” que tanto hemos cuidado y mimado desparecerá con nosotros… no es justo, o ¿sí?

Finalmente un buen día nos vamos y dejamos un hueco irreemplazable en nuestros seres queridos y es aquí donde radica nuestro mayor error, no morimos en ese instante, moriremos el día en que dejen de recordarnos… algunos morirán al unísono con su cuerpo y otros durarán generaciones en las mentes de sus seres queridos,


Es otra manera de estar presente… otra manera de vivir.

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