lunes, 3 de octubre de 2016

EL JEFE DICTADOR - EL CESAR


El “Cesar” sabe liderar
A su vera crea una guardia o cohorte pretoriana que le protege, informa y le apoya, ramificada por todos los escalafones de la empresa.
En segundo plano se rodea de gente menos afín a su persona  pero muy efectivos que le dan muy buenos resultados y de los que admite opiniones y las tiene muy en cuenta, pero no les da excesiva confianza ni poder.
Maneja bien las Fuerzas de Ventas, conoce a cada uno de los integrantes, sabe llegar a la persona que hay detrás del comercial, y el exceso de presión lo suple con este conocimiento, esto produce en el comercial un sentimiento contradictorio. Sabe motivar igual de bien que desmotivar.
Es caprichoso y poco justo en el trato con sus subordinados y antepone sus intereses y los de su grupo a los generales. De carácter inestable, en sus momentos bajos es muy destructivo incluso con las personas que le apoyan.
Toma decisiones y por norma general las asume, se vende muy bien a sus superiores y crea un ambiente embaucador en estas relaciones.
A todo aquel que le haga sombra, discuta en demasía sus decisiones, le critique o le perjudique a él o a su grupo tiene asegurado más temprano que tarde su fin en la empresa ya que son implacables en este sentido.
Esto produce Fuerzas de Ventas disciplinadas, con poca iniciativa, con unos conductos de comunicación distorsionados y de una eficacia que depende de los aciertos y equivocaciones exclusivas del “Cesar”.
Cuando el “Cesar fallece laboralmente” si no es sustituido por uno  de sus generales  que de continuidad a su reinado, entonces lo más probable es que el nuevo responsable haga una purga de todos sus acólitos sin ningún tipo de piedad.

 Y lo peor es que en épocas convulsas de cambios de dirección de un “Cesar”, se crea una “revolución” y al final se guillotina por guillotinar seas de donde seas y hayas hecho lo que hayas hecho…


 Por cierto, ¿habéis visto mi cabeza por algún lado?

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