Mañanas transparentes
luz radiante, matices blancos,
sombras bellas, refrescantes,
mediterráneo que te envuelve,
elegante tu brisa temprana,
resumen de una mañana
de mi amada Alicante.
Ventanales de casa antigua
el jardín y tú os mirabais
bajo la embriagadora caricia
de unas manos celestiales
y una copa de Rioja
aceitunas y alcaparras
que aliñaba nuestras almas,
cocinera de la vida.
Y en tu jardín privado
de dolor y pasión
guardabas mil sonrisas,
escondías tus secretos,
oías nuestras historias.
Plantas aromáticas
que daban sentimiento
a esos días de tu única compañía.
Anfitriona, madre y amiga
todas ellas en una,
ajetreado ese gran día
en el que estábamos todos,
Cous Cous en la mesa
aromas orientales,
tu inmensa presencia
aureola mágica,
infinita ausencia
de mi querida hermana
Fátima, su hermoso nombre.
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